La Audiencia impone más de siete años de cárcel a un maltratador confeso
TRIBUNA DE ALBACETE.- La Sección Segunda de la Audiencia Provincial impone una condena de siete años y cuatro meses de prisión para un albacetense juzgado ayer y autor confeso de varios delitos relacionados con la violencia machista hacia su compañera sentimental. El ya condenado en firme, D.M.M., de 34 años, en prisión provisional, mantuvo una «atmósfera de violencia, temor control, menosprecio y humillación» hacia su pareja, con la que convivió durante varios meses y hasta abril del año pasado.
El juicio que iba a tener lugar ayer no tuvo que celebrarse porque D.M.M. aceptó reconocer los hechos a cambio de una rebaja en la condena. Las partes aceptaron la condena de siete años y cuatro meses de cárcel, varios años de alejamiento hacia la víctima, prohibición de tenencia de armas, el pago de una multa, y el pago de indemnizaciones a la víctima que suman 5.600 euros. La condena es por un delito leve de daños, un delito de detención ilegal en concurso con un delito de lesiones, un delito de maltrato de obra, un delito continuado de coacciones, un delito leve continuado de injurias, y un delito de maltrato físico y psíquico habitual. El juicio que iba a hacerse a las 10 de la mañana de ayer y que ante la conformidad iba a ser corto no pudo hacerse hasta pasadas las dos de la tarde, cuando al fin fue posible que el sistema de videoconferencia de la prisión de La Torrecica funcionara. Se planteó incluso que, ante las incidencias del sistema, D.M.M. acudiera en persona al tribunal custodiado por agentes policiales para manifestar su conformidad a la condena, aunque finalmente lo hizo telemáticamente para aceptar la condena, que también incluye 160 días de trabajos en beneficio de la comunidad. Inicialmente la Fiscalía Provincial pedía para él más de 11 años de privación de libertad. Está en la cárcel como medida cautelar desde el 17 de abril del año pasado, después de varios episodios graves de lesiones hacia la denunciante.
ENCERRADA EN CASA.
El escrito de acusación que ahora es sentencia firme y ya no recurrible recoge cómo fue el maltrato continuado con el que D.M.M. sometió a su pareja, incluso encerrándola en la vivienda para que no saliera, o destruyendo sus teléfonos móviles para que no hablara con nadie. Aparecen en el fallo judicial los insultos y amenazas que eran habituales, incluso una vez que dijo a su pareja «soy como mi hermano, trato a las mujeres como los nazis a los judíos».