El hasta ahora dirigente de la Liga Nacional de Fútbol Aficionado se impuso en la elección al ex futbolista Demetrio Albertini
Un comentario racista había puesto en el punto de mira al futuro mandatario, lo que le obligó a pedir perdón públicamente
SORAYA MELGUIZO. EL MUNDO.- Carlo Tavecchio ha sido elegido nuevo presidente de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC) con el 63% de los votos frente a su principal adversario, el ex futbolista y vicepresidente de la FIGC, Demetrio Albertini, que obtuvo el 33,95% de los votos.
La elección de Tavecchio, hasta ahora presidente de la Liga Nacional de Fútbol Aficionado (LND), no ha estado exenta de polémica después de que hace sólo unas semanas, durante la presentación de su candidatura, pronunciase una desafortunada frase sobre los futbolistas africanos que fue calificada de racista. «Inglaterra estudia si los futbolistas que llegan al país cumplen con la profesionalidad necesaria para jugar. Aquí, en cambio, llega un tal ‘Opti Poba’ -nombre ficticio con el que Tavecchio hacia referencia a un hipotético jugador africano– que antes comía plátanos y ahora juega de titular en la Lazio», dijo durante la rueda de prensa.
El comentario despertó una ola de protesta que obligó al ex político y dirigente deportivo a pedir perdón públicamente. «Acepto las críticas pero no la acusación de racista», dijo a los periodistas, a la vez que se negó a retirar su candidatura a la presidencia de la federación. Y si hasta entonces el dirigente gozaba de un amplio consenso entre los principales clubs deportivos, tras sus declaraciones no fueron pocos quienes le negaron su apoyo, como la Fiorentina o la Sampdoria. Quién si se mostró cercano al ya presidente fue el Milan de Silvio Berlusconi, quién a través del administrador delegado, Adriano Galliani, confirmó el apoyo a Tavecchio a pesar de su frase «infeliz».
Por su parte, el ex futbolista Demetrio Albertini, muy ligado también al Milan y que en España jugó en el Atlético de Madrid y el Barcelona, ha recibido el apoyo del sindicato de futbolistas, la asociación de entrenadores y los árbitros, así como de la Juventus, el Torino y la Roma. Pero no ha sido suficiente. «Quería ser una alternativa diferente pero se ha visto el corporativismo», ha dicho Albertini tras conocer los resultados.
Tras la elección, y visiblemente emocionado, Tavecchio ha agradecido los apoyos y ha asegurado que intentará mejorar su forma de expresarse, «áspera y poco glamurosa», como él mismo la ha definido. «Con las palabras no me siento a gusto», ha dicho durante su discurso, «pero invito a todos a abandonar las divisiones y ponerse a trabajar. Seré el presidente de todos, especialmente de quienes se han mostrado en contra de mi elección».
Carlo Tavecchio, de 71 años, tiene un amplia experiencia en el mundo de la banca, la política y la empresa. Durante casi 20 años fue alcalde de una pequeña población del norte de Italia como representante de Democracia Cristiana. Más tarde ocupó distintos cargos de asesor en el ministerio de Economía y en el de Sanidad. Pero su carrera profesional se ha visto interrumpida varias veces por problemas con la justicia. Desde 1970 hasta 1998 ha sido procesado y condenado cinco veces por corrupción, evasión fiscal y abuso de poder, según reveló la prensa italiana.
Tavecchio sustituye en el cargo a Giancarlo Abete, que presentó su dimisión junto con la del seleccionador nacional, Cesare Prandelli, tras la desastrosa actuación de la selección italiana en el Mundial de Brasil. Con su nombramiento como máximo exponente de la Federación de fútbol italiana comienza una nueva etapa. El primer objetivo que se ha marcado el recién elegido presidente es encontrar un nuevo seleccionador para la nacional, puesto para el que la prensa deportiva italiana baraja los nombres de Roberto Mancini o el ex entrenador de la Juventus, Antonio Conte.