Tras la interrupción de un partido de la Liga 1 por cantos y pancartas homófobas, la Liga de Fútbol Profesional intensifica su campaña de “sensibilización”
SILVIA AYUSO. EL PAÍS.- El fútbol francés empieza a decir basta ante la homofobia. Un día después de que un partido de la Liga 1 (primera división francesa) entre el Niza y el Olympique de Marsella fuera suspendido una decena de minutos por cantos y pancartas homófobas, la presidenta de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), Nathalie Boy de la Tour, ha anunciado la celebración la semana próxima de sendas reuniones con organismos de lucha contra la discriminación y representantes de las hinchadas para buscar soluciones a un problema recurrente en los estadios galos.
“Se trata de iniciar un diálogo y una concertación (…) que todos debatamos juntos”, explicó Boy de la Tour en la cadena Franceinfo. Según explicó, una primera reunión tendrá lugar el 5 de septiembre entre la Liga de Asociaciones de lucha contra la homofobia, la Asociación Nacional de Seguidores y otras agrupaciones de peñas futbolísticas. Unos días más tarde, el 11, la LFP celebrará un seminario para representantes de las hinchadas en el que intervendrá la Delegación Interministerial para la Lucha contra el Racismo, el Antisemitismo y el odio anti-LGTB (Dilcrah, por sus siglas en francés) con el objetivo de “sensibilizar” a dichos representantes de las peñas y clubes de seguidores de clubs franceses.PUBLICIDAD
“No queremos trabajar contra las asociaciones de seguidores sino con ellas. También hacemos autocrítica en la Liga (…) en cualquier caso, el diálogo será abierto. Para salir de este problema, creo firmemente en el diálogo, en la concertación, la pedagogía, en la sensibilización de las asociaciones de seguidores”, agregó la dirigente.
Sin embargo, esa “concertación” no parece tan fácil. “Se ha abierto una caja de Pandora y todavía habrá reacciones viscerales”, advirtió el portavoz de la Asociación Nacional de Seguidores, James Rophe. “Hemos pasado del ‘nadie dice nada’ al ‘hay que parar de inmediato’ sin diálogo alguno con los hinchas y sin un trabajo de definición” cuando se trata de algo que “llevará tiempo”, explicó a la Agencia France Presse. También el seleccionador nacional, Didier Deschamps, se muestra cauto. “Hay que ser intransigente con esto, pero es un problema difícil de resolver, requiere de una reflexión muy profunda”, comentó el jueves.
El árbitro Clément Turpin decretó la suspensión durante una decena de minutos del partido entre el Niza y el OM la noche del miércoles debido a los cantos homófobos y pancartas provocadoras con referencias homófobas también entre los hinchas de ambos equipos. La decisión fue aplaudida desde las redes sociales por la secretaria de Estado para la Igualdad Mujer-Hombre, Marlène Schiappa, y por la Liga contra el antisemitismo, el racismo y las discriminaciones (Licra), para quien “la homofobia debe ser puesta fuera de juego”.
No es el primer incidente de este tipo en un estadio francés. El 16 de agosto, también fue interrumpido durante varios minutos otro partido, esta vez de la segunda división, entre Nancy y Le Mans tras unos cantos homófobos. La ministra de Deportes, Roxana Maracineau, felicitó al árbitro que tomó la decisión, inédita hasta entonces, de detener el partido “por insultos homófobos”.
“Es la primera vez. Y la última, espero”, tuiteó Maracineau. Una esperanza vana. Apenas diez días después, este domingo, el árbitro del Mónaco-Nimes amenazó de nuevo con detener el partido por cantos hostiles contra la LFP, una escena que, según la Agencia France Presse, también se produjo el sábado anterior en Brest. Si bien en esas ocasiones todo quedó en una amenaza, en el partido Niza-OM acabó siendo una realidad, lo que ha llevado a la LFP a convocar los encuentros de la semana próxima.
La LFP lanzó en mayo un “plan de lucha contra la homofobia” en los estadios que implicó medidas “simbólicas” como el uso (voluntario) de brazaletes con la bandera arcoiris de la comunidad LGTB por parte de los capitanes, pero también acciones de formación de jugadores jóvenes y responsables de las hinchadas. En una tribuna en el diario Le Parisien, la presidenta de la LFP subrayó el fin de la tolerancia con actitudes homófobas en el fútbol. “El fútbol constituye una caja de resonancia mediática que permite a algunos darle eco a comportamientos intolerantes. Racismo, homofobia y sexismo no tienen nada que hacer en los estadios. Es hora de acabar con ello: esos desbordamientos intolerables son obra de unos individuos aislados y no representan para nada la gran mayoría de los seguidores”, afirmó Boy de la Tour. Desde el inicio de la campaña, también la LFP ha sido objeto de insultos homófobos durante algunos partidos.