SWI.- El Tribunal Penal federal suizo pidió que la instrucción sobre el asesinato del opositor iraní Kazem Radjavi incluya los delitos de genocidio y de crimen contra la humanidad, obligando así a la fiscalía a reabrir el caso.
La investigación implica a 14 personas por su supuesto papel en la muerte de este exdirigente de la oposición iraní, asesinado en Suiza el 24 de abril de 1990 durante una emboscada en Coppet, cerca de Ginebra.
El fiscal del cantón de Vaud quería cerrar el caso, dándolo por prescrito al cabo de 30 años.
Pero, en una decisión publicada el 23 de septiembre, el Tribunal Penal federal consideró que el asesinato «pudo haber sido cometido con una intención genocida o de perpetración de crímenes contra la humanidad».
«Puesto que estos actos no están prescritos […], pueden ser perseguidos sin límite de tiempo. Por lo tanto, conviene que el MPC [el Ministerio Público de la Confederación, es decir, el fiscal federal] retome la causa», señaló la corte.
Kazem era hermano de Masud Radjavi, jefe histórico de los Muyahidines del Pueblo, principal grupo de la oposición armada al régimen islámico. Cuando fue asesinado, era el representante en Suiza del Consejo Nacional de la Resistencia Iraní (CNRI).
Tras su muerte, las sospechas en Suiza se centraron en diplomáticos iraníes que abandonaron el país rápidamente tras el asesinato, y la justicia helvética compuso una lista de 13 iraníes sospechosos de haber participado activamente en el crimen.
En 2006, Suiza emitió una orden de arresto internacional contra el exministro iraní de Inteligencia Ali Fallahian, sospechoso de haber dirigido el asesinato del opositor.