El Español- Siete años y medio de cárcel y una multa de 240 euros. Esa es la pena que la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valladolid ha impuesto al miembro de la banda Dominican Don’t Play que intentó matar a machetazos a un Trinitario, la organización rival, en un locutorio.
Los hechos se remontan a enero de 2024, cuando el acusado acudió junto a otros miembros de la banda latina a la que pertenecía a un locutorio que era frecuentado por individuos de la organización rival, los Trinitarios.
Siete años y medio de cárcel y una multa de 240 euros. Esa es la pena que la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valladolid ha impuesto al miembro de la banda Dominican Don’t Play que intentó matar a machetazos a un Trinitario, la organización rival, en un locutorio.
Los hechos se remontan a enero de 2024, cuando el acusado acudió junto a otros miembros de la banda latina a la que pertenecía a un locutorio que era frecuentado por individuos de la organización rival, los Trinitarios.
La sala ha considerado al acusado criminalmente responsable de un delito de homicidio con intervención de quien pertenece a grupo u organización criminal, en grado de tentativo, por lo que se le impone una cárcel de cinco años de cárcel.
Asimismo, se le imputa otro de robo con violencia o intimidación, por el que le han condenado a dos años y medio de prisión. Por último, un tercer delito leve de daños por el que le corresponde una multa de 240 euros.
La sentencia, que aún no es firme, puede ser recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL).
En la sentencia, a la que ha tenido acceso este periódico, se consideraba probado que el acusado pertenece como miembro activo a la banda latina conocida como Dominican Don’t Play, que es «una banda estructurada de forma jerárquica y con estabilidad temporal, con un reparto de tareas entre sus miembros y que se encuentra dirigida a la comisión de hechos delicitivos».
A partir de aquí, el 7 de enero de 2024, a las 00:30 horas, siempre según la sentencia, acudió junto a otros compañeros de los Dominican Don’t Play a un locutorio que era frecuentado por miembros de los Trinitarios para llevar a cabo la «misión» que les habían encomendado.
Al lugar fue con un machete con unos 40 centímetros de hoja, mientras que otros participantes portaban cuchillos, machetes y un bastón con punta metálica.
Dentro del locutorio se produjo una trifulca con uno de los Trinitarios, que recibió heridas de machete en el hombro y cara, actuando el acusado con «ánimo de ocasionarle la muerte o aceptando que se produjeran todas las consecuencias perjudiciales derivadas de la utilización del arma, incluso la muerte del mismo».
Asimismo, en el transcurso de los hechos se robaron en su huida cuatro patines eléctricos que estaban estacionados fuera del establecimiento que han sido tasados pericialmente en 320 euros.
Además de las penas privativas de libertad, el acusado deberá pagar 1.170 euros por las lesiones a la víctima y otros 24.000 euros por las secuelas ocasionadas.
