El país celebra el fin de la ocupación nazi y del régimen de Mussolini en 1945
ANNA BUJ. LA VANGUARDIA.- Italia ha celebrado la fiesta de la liberación del nazismo dividida. Matteo Salvini, líder de la Liga, uno de los dos partidos del gobierno italiano, ha preferido viajar a Sicilia antes que compartir una fotografía con su socio de gobierno, Luigi di Maio, del M5E (Movimiento Cinco Estrellas).
El gesto de Salvini se enmarca en el contexto de crisis por el que atraviesa el gobierno en el que participan ambas organizaciones. Se trata de un baile de gestos calculado con vistas a una renegociación de los ministerios una vez que las elecciones europeas demuestren –como así espera Salvini- el alza de la Liga en los comicios.
Sin embargo, la no asistencia del político italiano marca un paso más en el proceso de banalización del fascismo que tiene lugar en Italia, donde este término se utiliza cada vez con menos pudor. Italia celebra la liberación del país por parte de los Aliados en 1945, el final del régimen fascista de Benito Mussolini y de la ocupación nazi.
Salvini se encuentra en Corleone como ministro de Interior, formalmente para dar su apoyo a las fuerzas que luchan contra la mafia en tanto que ministro de Interior.
