HISPAN TV.- El primer ministro rumano, Victor Ponta, criticó los planes migratorios del Gobierno británico y rechazó que los inmigrantes de su país en el Reino Unido sean tratados como «ciudadanos de segunda categoría».
Este sábado, el premier rumano se mostró contrario a la iniciativa de su par británico, David Cameron, para limitar la movilidad y el acceso de rumanos y búlgaros al mercado laboral de otros países de la Unión Europea (UE).
«La libertad de movimiento no puede ser limitada, en este punto estoy en desacuerdo con Cameron», declaró Ponta en una rueda de prensa.
«Entiendo las preocupaciones expresadas en la prensa británica, pero esos temores no pueden ser utilizados para generar o justificar abusos o discriminaciones sobre los ciudadanos europeos», prosiguió el político socialdemócrata.
Hace unos días, Cameron propuso no autorizar el acceso de los trabajadores extranjeros cuyos países ingresen en la UE, al mercado laboral del bloque, hasta que el Producto Interior Bruto (PIB) por persona del Estado que corresponda llegue a un nivel similar al promedio comunitario.
Según el jefe del Gobierno británico, la población está «profundamente preocupada» por los niveles de inmigración de Bulgaria y Rumanía, que podrán acceder a los mercados laborales de la UE el 1 de enero.
Adelantó su decisión para adoptar una normativa para restringir el acceso de extranjeros a los subsidios estatales británicos y deportar a los que no busquen trabajo.
Según los planes propuestos por Cameron, los inmigrantes recién llegados no tendrán acceso a las ayudas de vivienda y no podrán solicitar el subsidio por desempleo sino luego de tres meses en el país. Además dijo que deportará a cualquier ciudadano de la Unión Europea que viva en mendicidad.
De acuerdo con el premier rumano, la propuesta de Cameron para restringir las ayudas sociales a aquellos migrantes que abusan del sistema de protección social no resulta mal, pero él se opone a limitar dichas condiciones sólo a rumanos y búlgaros.
Se estima que tres millones de los 20 millones de rumanos residen en el extranjero, casi un millón de ellos en España.