Su defensa señala en su descargo que «estaba en estado de pánico» al agredirle. Pide que se tenga en cuenta su afectación alcohólica «que le anuló»
EL PERIÓDICO DE ARAGÓN.- El juicio contra Rodrigo Lanza por el asesinato de Víctor Laínez está más próximo a celebrarse en la Audiencia de Zaragoza. El abogado del acusado, que se enfrenta a 25 años de prisión, acaba de presentar su escrito de defensa en el que asegura que Lanza sufrió «una reacción de cortocircuito» aquella madrugada del 8 de diciembre del 2017.
El letrado enumera varias «motivaciones en la actuación de Rodrigo Lanza». Señala que «actuó en todo momento espoleado por el temor a perder la vida, sin que tuviera influencia alguna la supuesta ideología política de Laínez», tal y como argumentan las acusaciones que ejercen el abogado Juan Carlos Macarrón, en nombre de la familia del fallecido, y David Arranz por Vox.
Insiste en que «no tuvo intención de matar a Laínez, ni llegó a pensar que su acción pudiera producir la muerte a otra persona».
«El alcohol ingerido por Rodrigo afectó gravemente sus facultades cognitivas y volitivas, lo que potenció el efecto amenazador de la situación, sin que se percibiera otro medio para evitar la agresión contra su vida que actuar tal y como lo hizo», afirma el letrado Endika Zulueta, quien describe los pasos previos al encuentro mortal entre Lanza y Laínez en el bar El Tocadiscos de la capital aragonesa.
Relata que Lanza salió de trabajar en el restaurante Birosta entre las 00.30 y la 1.00 horas. «Cogió una litrona de cerveza, se la fue bebiendo hasta la puerta del bar Magdalena Rab, donde se encontró a un amigo», afirma, a la vez que apostilla que luego fue a otro establecimiento, el Crápula, donde estuvo con más amigos. «En ambos locales continuó bebiendo cervezas y chupitos de tequila hasta irse a El Tocadiscos, donde continuó consumiendo copas», recalca.
La defensa insiste en que Víctor Laínez iba armado con una navaja, tal y como declaró un testigo, el único que habló de ello. Una circunstancia que sirve a su abogado para afirmar que «el pánico le impidió optar por la huida, pues ello podría suponer darle la espalda a la persona que pretendía acabar con su vida». Todo ello hizo que sufriera «una reacción en cortocircuito que anuló su voluntad, disminuyendo su capacidad de entender».