Heraldo de Aragón.- El empleado llevaba solo una semana en el establecimiento y no ha superado el período de prueba, según Domino’s.
La pizzería de Huesca que recibió una hoja de reclamaciones de dos chicas jóvenes de 25 y 26 años de edad, primas entre sí, tras haberlas identificado en el tique de la cena como la ‘mesa pareja de chicas gitanas’, lo que consideraron que suponía un trato racista hacia ellas, ha decidido rescindir el contrato en prácticas del trabajador que las atendió. Llevaba solo una semana en el establecimiento y han considerado que no ha superado el período de prueba, según han confirmado fuentes del grupo Alsea Europa, al que pertenece la compañía Domino’s Pizza.
Manolín Giménez, el padre de una de las chicas y prior de la Cofradía de los Gitanos de Huesca, denunció públicamente el caso en las redes sociales «para que la gente tome conciencia y no vuelva a ocurrir algo así nunca más», señaló. Y recibió una ola de comentarios de apoyo y solidaridad.
En respuesta a esta denuncia, desde el grupo Alsea Europa emitieron un comunicado lamentando condenando y rechazando el trato discriminatorio recibido por estas dos clientas y expresando sus «más sinceras disculpas» a las personas afectadas y al conjunto de la comunidad gitana «ante la inaceptable actitud de uno de los empleados del grupo».
Aseguraron que el episodio fue «un hecho absolutamente puntual que no refleja los valores de la compañía» y anunciaron que investigarían los hechos y tomarían las medidas oportunas para esclarecer si existía un caso de mala praxis para evitar que este tipo de acontecimientos se repitieran en el futuro.
Las dos jóvenes fueron a cenar el domingo al establecimiento, como habían hecho en otras ocasiones sin haber tenido nunca ningún problema. Pidieron una pizza, la pagaron y al acabar, abandonaron el local. Y una de ellas miró por casualidad el tique y observó sorprendida las anotaciones que habían hecho un chico que les había cogido el pedido: ‘mesa gitana’ y ‘mesa pareja de chicas gitanas’. Enfadadas, regresaron a la pizzería y pidieron hablar con la encargada, que al saber lo ocurrido les pidió disculpas. Aun así, las chicas solicitaron el libro de reclamaciones y presentaron la queja formalmente.
Desde la Fundación Secretariado Gitano mostraron su apoyo a las familias de las dos chicas y dejaron claro que este hecho había sido un claro comportamiento racista y discriminatorio porque «no es aceptable segregar o identificar a nadie por pertenecer a una etnia o a un colectivo o por tener unas características físicas determinadas».