Palau-sator recupera con un ‘mapping’ las pinturas atacadas por la extrema derecha
MARTA RODRÍGUEZ. EL PAÍS.- El Ayuntamiento de Palau-sator (Baix Empordà) ha restituido digitalmente con la técnica del mappinglas pinturas murales del ábside de la iglesia parroquial de Sant Pere y homenajeará a sus autores, el pintor Lluís Bosch y el ex-rector Nicolau Moncunill (Valls, 1930), coincidiendo con el 50 aniversario de su destrucción y de la brutal agresión que recibieron. La pintura fue destruida y los dos hombres atados y golpeados por un grupo de desconocidos de extrema derecha que simularon ser estudiantes de Bellas Artes. La inauguración será el mismo día y hora de los hechos, el 4 de febrero a las 19.00.
Cuando se cumple medio siglo de los acontecimientos, el Consistorio ha querido mostrar su reconocimiento a los dos protagonistas, recuperar su legado y «poner en valor su memoria, en un ejercicio que reivindique la libertad como base de las relaciones personales de convivencia». Por ello restituirá las pinturas virtualmente mediante una proyección digital, gracias a una única diapositiva que se conserva de la época. También se podrá ver en fotos como quedaron pintadas de negro y abrirá un centro de interpretación. Se trata «de un ejercicio de memoria histórica, que pretende contribuir a restituir la dignidad de las víctimas», que como reconoce el párroco, pasaron miedo.
Moncunill llegó a Palau-sator en marzo de 1960. Su carácter comprometido y renovador lo convirtió en uno de los primeros rectores progres de la comarca. La rectoría de esta pequeña localidad desarrolló una gran actividad cívica y cultural y se convirtió en punto de encuentro de muchos antifranquistas. En este contexto y con su talante innovador, el rector contactó con el pintor Lluís Bosch, de formación marxista. Entre ambos idearon reproducir en el ábside de Sant Pere unas grandes pinturas que rompieran con los esquemas tradicionales.
Estas pinturas debían ser la representación de la nueva teología de la liberación y mostrar la verdadera raíz del Evangelio. Representaban a un Jesucristo con pantalones de pana y en torno a él personajes históricos que representaban las diferentes caras de la humanidad, entre ellos Hitler, Kennedy, el Che Guevara, Fidel Castro, Pasteur y Verdaguer. Las reacciones fueron de todo tipo y la derecha más reaccionaria culpó al Obispo de Girona (Jubany) de permitir que los comunistas profanasen las iglesias católicas santificando a revolucionarios.
El 4 de febrero de 1969, los cuatro supuestos alumnos de Bellas Artes se encontraron con el rector y el pintor. Los ataron, les taparon los ojos y la boca y los agredieron brutalmente. El rector recuerda como «me apuntaron con una pistola en la cabeza y con un cigarro en los ojos» mientras gritaban «¡Viva Cristo Rey!» o «¡Abajo los herejes!».
El Obispado emitió un comunicado de condena de los hechos en el que sostenía que la Comisión Diocesana de Arte Sagrado había emitido un dictamen desfavorable sobre las pinturas el 25 de enero. El rector negó que este dictamen llegara directa o indirectamente. El Obispado hizo poner cal en el ábside y desde entonces permanece blanco.