Cadena Ser.- La Policía investiga a miembros de una patrulla de vigilancia de una empresa de seguridad privada que identifica e intimida a menores y a indigentes. La investigación ha identificado al menos a cinco víctimas agredidas en los últimos años.
Vigilantes de una empresa de Seguridad Privada que trabaja en Metro Madrid organizan redadas para identificar y agredir a grafiteros, sintecho y drogadictos fuera de las instalaciones del metro. Son patrullas de vigilancia que ha «diseñado» esta empresa y que tienen como objetivo real evitar que grafiteros entren en los recintos de los Depósitos de Metro Madrid y pinten los trenes.
El modus operandi de estos servicios pasa por avisar a Seguridad de Metro de este tipo de objetivos que, a la vez, comunica con Policía Nacional, que es a quien corresponde actuar. Sin embargo, a instancias de medios intermedios de la empresa, se dedican desde hace tiempo a actuar de policía judicial excediendo de sus funciones, identificando a personas y, en algunos casos, agrediéndolas.
Todas las denuncias presentadas desde principios del mes de mayo señalan a dos inspectores del turno de noche aunque el grupo investigado alcanza a más vigilantes. «La operativa del servicio se marca de forma diaria en base a los horarios de la empresa«, señalan las denuncias que están en manos de la Policía. Las agresiones son grabadas con los teléfonos móviles corporativos facilitados por la empresa de seguridad, los mismos que utilizan durante el desarrollo del servicio.
Las imágenes muestran el relato de los hechos denunciados. La persona que propina la paliza en este caso a una persona indigente es un inspector jefe de la empresa. El resto de vigilantes, sus subordinados, también a cara descubierta y a instancias de este responsable, participan en el ataque. El vídeo está grabado por ellos mismos en un parque a pocos kilómetros de uno de los depósitos de metro que la empresa vigila, el Depósito de Fuencarral. En concreto, lo graba un vigilante que participa con una cámara tipo GoPro que tiene en su chaleco antibalas. En el vídeo se puede ver cómo retienen al agredido, le inmovilizan y le dan patadas exigiéndole que se identifique. La persona que está en el suelo solo acierta a gritar al recibir la paliza.
En otro de los vídeos —fuera también del área de trabajo, concretamente en el depósito de Metro de Sacedal— se ve a otro puesto intermedio, llegando al punto en el que mantienen retenidos a dos personas, por entonces menores de edad, sobre los que tienen sospechas de que son grafiteros. Les identifican, les retienen y este puesto intermedio amenaza con darle una bofetada cuando descubre que tiene un tren tatuado. El menor, como se escucha en la grabación, le insta a llamar a la Policía.
La empresa a la que pertenecen estas personas investigadas es SEGURISA. Los denunciantes aseguran en sus escritos ante la Policía Nacional que la empresa está al corriente de los hechos, pero que de momento no ha tomado cartas en el asunto. De hecho, al menos existe una incidencia por parte de trabajadores de la empresa vinculada a la agresión del Depósito de Fuencarral a la que ha tenido acceso la Cadena SER. Se denuncian los hechos «al suponer el quebranto de la vigente legislación inherente a la prestación de servicios de Seguridad Privada». La SER ha intentado ponerse en contacto con la empresa, pero hasta el momento nadie ha contestado.
Metro de Madrid ha pedido a la empresa de seguridad que aparte a los vigilantes
Metro de Madrid, tras conocer que existe una investigación policial por supuestas agresiones de un vigilante, ha pedido a la empresa de seguridad a la que pertenece dicha persona implicada, que lo aparte de su puesto de trabajo hasta que se concluyan los expedientes abiertos, tanto por parte de la compañía como por parte de la Policía Nacional, con quienes colaborará en todo lo que les requiera.
La compañía ferroviaria no tolerará ninguna conducta violenta de ningún trabajador de una empresa contratista, y exige depurar responsabilidades. Metro de Madrid, desde el primer momento, se puso en contacto con la empresa de seguridad a la que pertenecen estos trabajadores (Segurisa), que no son empleados del suburbano madrileño, sino de la subcontrata, para solicitar información de lo ocurrido. En ese momento, la empresa comunicó a Metro la apertura de una comisión de investigación interna que todavía no ha concluido.
