Impedir a la pareja el acceso a su salario, a sus cuentas bancarias, a la comida, ropa o transporte podrán ser actitudes delictivas
PABLO GUIMÓN. EL PAÍS.- Impedir a la pareja el acceso a su salario, a sus cuentas bancarias, a la comida, ropa o transporte, así como obligarla a pedir préstamos, constituyen prácticas que podrán ser consideradas violencia machista en Reino Unido, según un borrador de proyecto de ley que presentó este jueves la primera ministra, Theresa May. El texto, que se someterá ahora a un plazo de consulta pública, incluye por primera vez una definición legal de violencia doméstica, que abarca formas de maltrato no físico, incluido el económico.
“El año pasado prometí que promovería una nueva legislación como parte de mi largo compromiso con poner fin a la violencia doméstica. Miles de mujeres soportan una violencia inimaginable y otras formas de maltrato cada día, a menudo de manos de quienes tienen más cerca, en los lugares en los que deberían sentirse más seguras”, explica May, en un artículo que firma este jueves en The Guardian. “No todo el maltrato es físico. El comportamiento controlador, manipulador y abusivo verbalmente arruina vidas y significa que miles de mujeres acaban aisladas, viviendo en el terror”.
El proyecto de ley introduce nuevas medidas para las órdenes de protección de las víctimas de violencia machista, diseñadas para permitir una rápida intervención que proteja a las mujeres de ulteriores maltratos por parte de sospechosos que no han sido condenados. A los sospechosos se les podrá prohibir el contacto con sus víctimas, incluso online, así como ingerir alcohol o tomar drogas, y podrán ser marcados con instrumentos de vigilancia electrónica para monitorizar sus movimientos.
Cualquier violación de estas condiciones podrá ser considerada un delito. Las órdenes las podrán imponer los jueces, a iniciativa de las propias víctimas, así como de miembros de su familia o servicios de apoyo, sin necesidad de intervención de la policía. Serán también los jueces los que determinen, caso por caso, la duración de las órdenes de protección, sin tener que someterse al límite de 28 días que existe en la actual legislación.
Cerca de dos millones de personas, la gran mayoría de ellas mujeres, son víctimas cada año de violencia doméstica en Reino Unido, según datos del Home Office. Entre 2016 y 2017, 82 mujeres y 13 hombres fueron asesinados por sus parejas o exparejas.
Theresa May, que asegura que el texto supone la continuación de un trabajo que empezó durante sus seis años como ministra del Interior, ha prometido también un endurecimiento de las penas para casos en los que estén implicados los hijos. Y ha anunciado una inversión de 20 millones de libras (22,4 millones de euros) para casas de acogida a las que puedan acudir las víctimas, “porque es fundamental que las personas que huyen de parejas violentas tengan un lugar seguro adonde ir”.
“Yo tuve la suerte de crecer en un hogar cálido y con cariño”, concluye la primera ministra en su artículo en The Guardian. “Es difícil para aquellos de nosotros que tenemos vidas seguras y felices ponernos de verdad en la piel de aquellos que viven con violencia doméstica cada día. Quiero que todo el mundo viva libre de esa amenaza, y que todos los niños crezcan seguros y protegidos, como yo crecí. Confío en que nuestro trabajo proporcione un paso importante para lograrlo”.