Diversas empresas están realizando un boicot publicitario a Facebook, retirando sus anuncios de la plataforma por sus últimas decisiones
MANUEL FERNÁNDEZ. EL ESPAÑOL.- Facebook, al igual que tantas empresas como Google o Twitter, se nutre de la publicidad. Solo al año la red social de Mark Zuckerberg obtiene más de 70.000 millones de dólares en publicidad. Debido a las últimas decisiones de la firma, Facebook está viendo cómo varias empresas están realizando un boicot publicitario a su plataforma.
Como parte de la campaña llamada «Stop Hate For Profit» (no al odio por dinero), una lista considerable de empresas están exigiendo a Facebook tomar medidas contra el contenido racista y de carácter tóxico de su plataforma.
Dicha campaña, especialmente virulenta contra Facebook, asegura que la red social amplifica «los mensajes de los supremacistas blancos» y permite «la incitación de la violencia».
Boicot publicitario a Facebook
Una de las empresas más grandes que ha llevado a cabo esta campaña es Ben & Jerry’s, propiedad del titán británico de bienes de consumo Unilever. Aseguran que dejarán de poner publicidad en Facebook e Instagram, asegurando que deben tomar acciones contra esta plataforma por ser usada para esparcir racismo y odio.
Otras marcas como The North Face, Patagonia, REI e incluso la desarrolladora Mozilla se unieron a «Stop Hate for Profit».»De elecciones seguras a la justicia racial pasando por una pandemia global, hay mucho en juego para sentarse y dejar que la compañía siga siendo cómplice de la difusión de noticias falsas y de discursos que fomentan el miedo y el odio», según algunos tweets de Patagonia.
Esta campaña ha sido la excusa de estas marcas para exigir que Facebook tome más medidas contra este problema. Estas son represalias debido a la posición de Facebook referente a los altercados relacionados con la muerte de George Floyd a manos de cuerpos policiales.
Pasividad de Facebook
El pasado domingo, Facebook aseguró que tomaría medidas para «revisar nuestras políticas, garantizar la diversidad y la transparencia al tomar decisiones sobre cómo aplicamos nuestras políticas y avanzar en la justicia racial y la participación de los votantes en nuestra plataforma». Lo cierto es que Facebook no ha tenido un papel muy activo en contra de Trump y sus mensajes, a diferencia de Twitter.
La red social pidió no censurar las polémicas palabras del presidente, algo que generó ampollas entre muchos y provocó incluso una huelga por parte de sus trabajadores.
La campaña «Stop Hate for Profit» fue lanzada la semana pasada por grupos de defensa de derechos civiles y el movimiento ha asegurado que esta es una respuesta «al largo historial de Facebook que permite el contenido racista y violento».