DANIEL MARTÍNEZ. DEUTSCHE WELLE.- El racismo en el fútbol alemán vuelve a ser tema de las noticias luego de que durante un partido de la segunda división, entre el 1860 Múnich y el Ingolstadt, un grupo de aficionados insultara a un jugador negro.
El incidente, protagonizado por un sector de la tribuna del estadio Allianz Arena donde se sientan los seguidores del 1860, se consideró un “hecho al margen del partido” hasta que Ralph Gunesch, defensor del Ingolstadt, criticó abiertamente la actitud racista de algunos aficionados a través de las redes sociales.
“El racismo es un delito”
Gunesch se refirió en su página de Facebook a un grupo de aficionados del 1860 que gritaron “cerdo negro, vuelve a la selva”, e hicieron sonidos de gorila, cada vez que tocó el balón su compañero Danny da Costa, hijo de padre angoleño y madre congolesa. El lateral de 20 años es integrante de la selección Sub21 de Alemania, su país natal, y uno de los valores más prometedores de la cantera del Leverkusen, que lo cedió en préstamo esta temporada al Ingolstadt.
“La cosa se puso tan fea que se lo dije al árbitro, quien hizo que a través de los altoparlantes del estadio se hiciera un llamado al respeto. Yo creo que ese fue un caso aislado, nunca antes había vivido algo así pero no creo que sea un problema del 1860, más bien de un grupo de idiotas. En mi opinión, en Alemania ese problema está controlado”, dijo da Costa en entrevista con la agencia de noticias SID.
Por su parte, su compañero de equipo, Gunesch, envió a través de las redes sociales el siguiente mensaje a los agresores: “insultar de esa forma a un jugador solo por tener la piel oscura muestra que su coeficiente intelectual no es más grande que el de un pan tostado. Enciérrense en su casa y llenen allí las paredes con su basura racista, pero ahórrennos a todos los demás esas ideas. ¡El racismo no es una opinión, el racismo es un delito!”.
Disculpas personales
El 1860 Múnich reaccionó inmediatamente al desmedido comportamiento de un sector de su afición y en un comunicado oficial citó al gerente del club, Robert Schäfer, diciendo: “este tipo de agresiones no tienen ningún lugar en nuestros partidos. Gracias al efectivo y profesional trabajo de nuestro cuerpo de seguridad hemos identificado al responsable de la afrenta, a quien ya hemos demandado formalmente ante las autoridades y le hemos prohibido el ingreso al estadio”.
Schäfer declaró además que “un caso de este tipo es siempre uno de más. Nosotros no queremos ni en nuestro club, ni en nuestro estadio, a personas con ideas o actitudes racistas. Frente a ellas tenemos cero tolerancia y las condenamos decididamente”.
El equipo de Múnich envió a Ingolstadt un delegado para que en nombre de los jugadores y aficionados del 1860 se disculpara personalmente ante Danny da Costa por lo sucedido en el estadio Allianz Arena.
Sonó la alarma
El fútbol alemán, sin embargo, ha decidido ponerse de nuevo alerta ante el tema del racismo, un problema que desde la Federación y la liga se combate de forma decidida con campañas publicitarias y medidas de control para impedir que aficionados de ideas extremistas se tomen las gradas de los estadios.
Durante la pasada Copa Confederaciones, Anthony Baffoe, embajador de la FIFA contra el racismo, destacó el ejemplar comportamiento de la Bundesliga respecto al tema diciendo “cuando yo veo a la selección alemana, lo que veo es a las Naciones Unidas”. El fútbol alemán, al igual que da Costa, victima del más reciente ataque racista, está convencido de que, pese a que hay que seguir dando la lucha, ella se está ganando.