La Vanguardia.- La Audiencia Provincial de Tenerife ha ratificado la condena por odio y lesiones impuesta a un tinerfeño por el Juzgado de Menores a permanecer un año y medio en libertad vigilada por haber agredido a dos jóvenes migrantes a los que deberá indemnizar con un total de 850 euros, de cuyo pago sus padres son responsable solidarios.
La agresión tuvo lugar el 2 de julio de 2021 cuando estaba en compañía de varios adultos que al encontrarse con un grupo de jóvenes de origen marroquí empezaron a insultarlos con varias frases xenófobas.
El procesado le dio patadas y puñetazos que causaron a uno de los jóvenes una luxación en el hombro derecho y contusión en el codo a otro, lesiones que tardaron en los dos casos una semana en curarse.
Poco después la policía detendría a cinco personas, el menor entre ellas, de los diez que se calcula que podría haber participado en la agresión.
La Audiencia ratifica la condena en cuanto que el menor y los otros detenidos “movidos por sus perjuicios hacia los perjudicados por el hecho de ser de origen marroquí, de forma humillante y despreciativa les dijeron que se marcharan mientras los insultaban con términos racistas” y luego los agredieron.
Al condenado le constan antecedentes por otro delito de lesiones, ha sido expulsado de dos centros de secundaria sin poder completar este ciclo y sí ha superado el primer curso de Mecánica pero en aquellos momentos «estaba ocioso y sin trabajo».
Según los psicólogos que lo examinaron el procesado presenta un perfil impulsivo, dependiente, maleable a terceros, pequeña capacidad de autocontrol y de tolerancia a la frustración.
En el recurso ante la Audiencia la defensa del menor alegó que el fallo contenía afirmaciones erróneas y que los denunciantes y testigos no contaron la verdad de lo ocurrido pese a que durante el juicio repitieron de forma “coherente y verídica” el mismo relato.
También recordó, sin éxito alguno, que los mayores acusados por estos mismos hechos quedaron absueltos por falta de pruebas, lo que según la Audiencia no justifica que este procedimiento concluya de la misma manera.
La versión del menor condenado fue que cuando estaba observando un conflicto entre varias personas que no se conocían entre ellas, se decidió a participar para separarlas y que fueron las víctimas quienes les agredieron a ellos, relato que la Sala considera “no creíble”.
Asegura que los denunciantes atacaron a un amigo suyo con piedras, lo golpearon mientras estaba en el suelo y luego optó por huir “porque sabían lo que pasa con esta gente, porque siempre hay conflictos con los chicos marroquíes, tal y como me han dicho mis amigos”, manifestó en la vista.