El País/Lucas Reynoso.- Unión Magdalena afirma que las acusaciones de Marco Pérez, de Águilas Doradas, buscan empañar la imagen del club y del centrocampista Alexander Mejía.
Fuertes acusaciones de racismo sacudieron al fútbol colombiano en la noche del domingo. El jugador de Águilas Doradas Marco Pérez denunció tras un partido con Unión Magdalena que había recibido tratos discriminatorios por parte del capitán del equipo rival, Alexander Mejía. “Estoy un poquito triste porque Mejía me dice a mí esclavo, y eso es una palabra que aquí en Colombia no podemos usar”, comentó. El señalado y el Unión Magdalena desmintieron este lunes que esto haya sucedido y remarcaron que es parte de una maniobra de difamación.
Pérez realizó la denuncia después de que su equipo perdiera 3-1 jugando de visitante en el estadio Sierra Nevada, sede del Unión Magdalena. “Esto no puede quedar así”, exigió. Al día siguiente, este lunes, el club lo respaldó con un comunicado contundente: “Acciones como las del señor Mejía, racistas, ofensivas, discriminatorias y segregadoras, no ayudan en nada al fútbol colombiano”. Según el equipo antioqueño, las declaraciones de Mejía traen a colación “una página no grata de la historia humana” y mancillan la honra de la multiculturalidad colombiana.
Mejía negó las acusaciones y enfatizó en su posición como cabeza de un hogar en el que “reinan el respeto, el amor y los valores”. “Por mi crianza, mis principios y valores de casa, se me hace imposible denigrar a cualquier persona, aún más con un tema tan delicado como el racismo, algo que yo padecí inclusive en competencias internacionales, donde he salido a alzar mi voz de rechazo”, dijo en un mensaje que difundió en Instagram. Para él, la denuncia es parte de un intento de difamación: “[Atenta] contra la buena imagen y honra que (…) me ha costado construir con esfuerzo y dedicación”.
‘Somos un país racista’, por Velia Vidal
El club de Santa Marta salió este lunes a defender a su capitán, al que describió como alguien con “una carrera deportiva exitosa y ejemplar” y como una inspiración para las generaciones más jóvenes de jugadores. Asimismo, el equipo caribe acusó a Pérez de actuar movido por la “frustración” de haber perdido el partido del domingo. “Aun con superioridad numérica por más de 53 minutos de partido, no lograron obtener el resultado esperado, apelando a esta serie de ataques en contra de la buena honra de un jugador que nos ha representado no solo como región, si no como país”, se lee en un comunicado.
Tanto el acusado como Unión Magdalena buscaron resaltar sus vínculos con la cultura afrocolombiana. Mejía destacó sus “raíces afrocolombianas” al inicio de su comunicado, mientras que el club señaló que el centrocampista y gran parte de los jugadores pertenecen a “la raza afro”. “Nuestro origen de ciudad costera es testigo de la multiculturalidad que hoy ostentamos como país”, agregó el equipo de fútbol.
Las reacciones en redes sociales han incluido a algunos congresistas. La senadora Gloria Flórez, del Pacto Histórico, exigió en Twitter que dejen de producirse estos actos discriminatorios: “No aceptemos más esto en Colombia”. Por su parte, el senador caribe Antonio José Correa, del Partido de la U, pidió que no haya más racismo en el deporte más seguido en Colombia.
La División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor) no se ha pronunciado sobre la polémica. Sin embargo, existen antecedentes de sanciones disciplinarias por comentarios racistas. En 2018, la entidad sancionó a Lucero Álvarez, entonces jugador de Águilas Doradas. El futbolista uruguayo estuvo cinco fechas sin jugar y tuvo que pagar una multa por utilizar lenguaje racista contra el equipo técnico del club manizaleño Once Caldas.
