Italia, con Fiona May como madrina, lanza una campaña para eliminar esta lacra del fútbol. «El único color es el de las camisetas”, es el mensaje para las escuelas de todo el país.
ELEONORA GIOVIA. EL PAÍS.- ¿Racistas? Una raza muy fea… (Y no la queremos en los estadios)”. Es el lema de la nueva campaña que ha lanzado la federación italiana para acabar con el racismo en el fútbol. Una lacra muy difusa en Italia. En 2010, durante un Cagliari-Inter, el árbitro suspendió el partido durante tres minutos por insultos racistas a Eto’o. En 2013 Boateng abandonó el campo, por el mismo motivo, durante un amistoso del Milan contra un equipo de cuarta división. Sus compañeros le siguieron a los vestuarios. A Balotelli no le querían en la selección por ser negro. Y Carlo Tavecchio, actual presidente de la Federación de fútbol (FIGC), metió la pata el pasado verano durante la campaña electoral.
“Inglaterra valora si los futbolistas que llegan al país cumplen con la profesionalidad y el currículum para dejarlos jugar. Aquí, en cambio, llega un cualquiera que hasta ayer comía plátanos, y le ponemos de titular en la Lazio”, dijo en un acto público. La UEFA lo inhabilitó durante seis meses. Sin embargo, menos de un año después, aplaude la iniciativa de la FIGC. “Por fin podemos ser ejemplo en algo y no desentonar”, cuenta por teléfono Fiona May. La exsaltadora italiana (dos medallas olímpicas y dos veces http://foed.es/cialis/ campeona del mundo) es ahora la responsable de esta iniciativa. Una campaña itinerante por las 20 regiones de Italia que empezó en febrero y acabará a mediados de 2016.
Italia va con un retraso de 30 años respecto a Francia, Inglaterra o Alemania… la mentalidad de los adultos ya no se puede cambiar, pero los chavales son maduros e inteligentes y hay que trabajar con ellos”, añade. Fue el mismo Tavecchio el que llamó a Fiona May el pasado verano. “¡Creía que era una broma! Le dije que me dejara un día para pensármelo, que no quería que utilizara mi nombre después de meter la pata y que, de hacer algo, quería hacer algo importante y que sirviera de verdad”, cuenta ahora. Pidió consejo a su padre y en ello anda ahora.
“Esto es sólo el inicio. Pero me han llamado de la UEFA diciéndome que les ha gustado tanto la idea que quieren copiarla e impulsarla en todos los países de Europa. Yo soy nueva en el mundo del fútbol, Clarence Seedorf me ha ayudado mucho en esto”, añade la exatleta. “Yo llegué a Italia a principio de los noventa y me veían como algo exótico. Tuve suerte porque mi vida e integración fueron fáciles gracias al atletismo. Pero sigo percibiendo miedo e ignorancia al de fuera, al diferente, y eso hay que enfrentarlo y eliminarlo. Lo queremos hacer con los jóvenes”, concluye.