El nuevo reglamento sobre espectáculos públicos impide a los locales de ocio que cobren menos a las mujeres o les ofrezcan acceso gratuito a fiestas, lo que se interpreta como una discriminación por razón de sexo. Los porteros deberán impedir la admisión de quienes «exhiban símbolos, prendas u objetos que inciten al racismo, la xenofobia o la discriminación»
EDUARDO AZUMENDI. ELDIARIO.ES.- El nuevo reglamento que regula los espectáculos públicos en Euskadi prohíbe que las discotecas y otros locales cobren menos a las mujeres o les ofrezcan acceso gratuito a fiestas, trucos empleados por algunas discotecas para captar más clientes. Para el Ejecutivo este trato de favor se interpreta como una discriminación por razón de sexo.
«La determinación del precio de la entrada o abono es libre para la persona organizadora, si bien no podrá establecer precios diferentes por razón de origen, raza, sexo o religión», señala la normativa, que recoge una regulación al detalle de todo tipo de eventos y actividades de ocio. Sólo hay una salvedad, que beneficia a personas con minusvalía: «Se podrán aplicar medidas de acción positiva en relación con personas con discapacidad para asegurar que puedan acceder, participar y disfrutar de los espectáculos y actividades en igualdad de condiciones que las demás personas». Así, se explicita que la asistencia a los espectáculos públicos y actividades recreativas que se organicen en el País Vasco deberá ser plenamente igualitaria, sin hacer diferencias por razón de origen, sexo, religión u orientación sexual.
También hay un apartado dedicado a los porteros de estos locales y, en general, a todo el personal que controle los accesos de un espectáculo o actividad recreativa. Deberán impedir la admisión de quienes «exhiban símbolos, prendas u objetos que inciten a la violencia, al odio o supongan apología de actividades contrarias a los derechos fundamentales y, en especial, que inciten al racismo, la xenofobia o la discriminación».
El personal de acceso deberá contar con una certificación oficial para el ejercicio de estas funciones. El Gobierno vasco les exigirá un título habilitante. Tendrán que pasar un examen con pruebas teóricas, prácticas y psicotécnicas para determinar si son o no aptos para obtener dicho título. La administración vasca creará un registro con las personas que hayan obtenido la habilitación.
Por otro lado, el reglamento impone la obligatoriedad de que los locales en los que se practiquen «actividades sexuales» proporcionen a sus clientes condones. «Se debe garantizar a todas las personas usuarias la obtención de preservativos y barreras de látex, debidamente homologados y con fecha de caducidad vigente, que se pueden entregar personalmente o mediante máquinas expendedoras. En el interior de los locales se fijará, en un lugar perfectamente visible para las personas usuarias, un rótulo que recomiende el uso de elementos profilácticos para prevenir las enfermedades de transmisión sexual», expone la norma.