MARÍA ANTONIA SÁNCHEZ VALLEJO. EL PAÍS- El juez ha decretado esta madrugada el ingreso en prisión de Nikos Mijaloliakos, líder del partido neonazi griego Aurora Dorada (AD), detenido junto con otra veintena de miembros del partido este fin de semana por asociación criminal. Los cargos que le meterán entre rejas están relacionados con el asesinato del rapero Pavlos Fisas el pasado 28 de septiembre por un simpatizante de AD; en concreto, el juez considera que Mijaloliakos está implicado en la red de llamadas telefónicas intercambiadas entre el autor confeso del crimen y destacados miembros del partido ultra en los minutos posteriores al asesinato. Mijaloliakos fue trasladado desde los juzgados de Evelpidon en torno a las seis de la mañana (una hora menos en la Península) hacia el cuartel general de la policía, donde permanecerá detenido hasta que se decida en qué prisión ingresará.
En su declaración, Mijaloliakos -llamado el Führer en el sumario judicial-, subrayó que el juicio contra AD es político y rechazó toda forma de violencia. «Lamento el asesinato de [Pavlos] Fisas. Lo condeno como condeno la violencia en general. No soy nazi. (…) No sé si miembros de AD tienen un comportamiento irregular. AD desarrollaba sólo una acción parlamentaria», dijo el dirigente ultra, según la edición digital del diario Kathimerini. Junto con Mijaloliakos ingresará en prisión el responsable del partido en Nikea, barrio donde fue asesinado el rapero Fisas.
La decisión de encarcelar a Mijaloliakos resulta tanto más sorprendente cuando tres de los diputados de su grupo, detenidos igualmente en la operación del fin de semana, fueron puestos ayer en libertad tras prestar declaración durante más de 20 horas. De los cuatro parlamentarios que el lunes comparecieron en el tribunal de Evelpidon, tres -Ilias Kasidiaris, portavoz del partido; Ilias Panayiótaros y Nikos Mijos- fueron puestos este miércoles en libertad con cargos y con la prohibición de abandonar el país (y una fianza de 50.000 euros para el portavoz), mientras el cuarto, Yanis Lagós, fue enviado a prisión por delitos como trata de blancas y extorsión. Todos ellos volvieron a hacer alarde de sus modales tradicionales: las amenazas, la intimidación y la violencia. “Dejad pasar, no grabéis o empiezo a romper cosas”, amenazó entre manotazos y patadas a los informadores Kasiadiris una vez en la calle. “Sólo las balas podrán detener a Aurora Dorada”, gritó, ensoberbecido, por si quedaban dudas de que la ofensiva judicial hubiera hecho alguna mella en la organización. Panayiótaros y Mijos también forcejearon con los camarógrafos que aguardaban a la salida de los juzgados.
Aunque la declaración se celebró a puerta cerrada, ha trascendido la línea argumental de la defensa, la misma a que se agarró Mijaloliakos: negar toda evidencia de nazismo (“No hay símbolos nazis en el partido; algunos [miembros] los llevan en las camisetas igual que otros lucen al Che Guevara”, dijo Kasidiaris) y, también, cualquier implicación en la comisión de delitos, pese a los explícitos informes de los servicios secretos en su contra. “No somos neonazis, somos nacionalistas griegos”, repitió Kasidiaris la cantinela favorita del partido desde que irrumpió en el Parlamento en 2012. El portavoz de AD también explicó que se financian con fondos públicos (este año deberían recibir 1,5 millones, si la ley que prepara el Gobierno no lo impide) y un diezmo del 20% del sueldo de cada uno de sus 18 cargos electos. Por último, confirmó que el partido da clases de defensa personal a sus miembros, pero no para formar escuadrones de asalto callejeros, como le acusaba la fiscalía.
La puesta en libertad causó decepción en amplios sectores de la opinión pública, que se preguntaba, casi al tiempo que conocía la detención de un exjefe policial por sus vínculos con AD, qué más pruebas son necesarias para poner fuera de juego a los ultras. “Esto es una solución a medias, parece una simple limpieza de los elementos más impresentables [Lagós] mientras se salva al resto del partido, porque Samarás necesitará la colaboración de AD tras las próximas elecciones dado el empate técnico de Nueva Democracia [en el Gobierno] con Syriza en las encuestas”, opinaba ayer el politólogo Babis Kugemitros. El Gobierno, mientras, declinó valorar la decisión judicial y desanduvo lo andado -su firme promesa de combatir a los neonazis, hace un par de días-, recordando que “los únicos extremistas [en Grecia] son los que quieren sacar al país de la OTAN y de la UE”, en referencia a los grupos contrarios al memorándum de rescate, Syriza entre ellos. El portavoz del Gobierno, Simos Kedíkoglu, había advertido sin embargo pocas que el proceso penal contra los neonazis “se halla en sus inicios”. El primer ministro, el conservador Andonis Samarás, manifestó desde Washington, donde se encuentra de visita oficial, que “la democracia funciona y la justicia hace su trabajo”.