La Razón.– La madrugada del 8 de junio de 2024, Rubén (nombre ficticio) y su primo fueron víctimas de una cruel agresión homófoba en la ciudad de Granada, según ha descrito el Observatorio andaluz contra la Homofobia, Bifobia y Transfobia. El incidente ocurrió sobre las 5:20 horas cuando caminaban juntos cerca de la Plaza de Gracia. El primo de Rubén, nuevo en Granada, había pasado la noche con amigos en la zona de Pedro Antonio. Cuando quiso ir a casa, llamó a Rubén para que lo recogiera.
Mientras caminaban cogidos de la mano, un joven, probablemente menor de 25 años, comenzó a acosarlos verbalmente. «Eso no se hace aquí», se burló, exigiendo que «aprendan a respetarse» a sí mismos. El primo de Rubén intentó calmar la situación diciéndole al hombre que los dejara en paz ya que no lo molestaban.
Pero el acosador no se dejó disuadir. Continuó siguiéndolos y burlándose de ellos, insistiendo en que «esto no es Colombia» y que los «mar***nes» no eran bienvenidos en España. El primo de Rubén explicó que eran primos, no pareja.
La situación rápidamente se intensificó cuando un grupo de 4 personas rodeó y arrinconó a los dos primos. El primo de Rubén fue el primero en ser derribado al suelo mientras los perpetradores le lanzaban golpes. Después, otros tres se volvieron contra Rubén y lo golpearon repetidamente hasta que sus gafas, auriculares y sombrero salieron volando y la sangre brotó de su nariz. El brutal asalto dejó al primo de Rubén inconsciente en la acera mientras gritaban «¡Esto es España!».
Afortunadamente una joven que estaba presenciando lo ocurrido gritó pidiendo ayuda, mientras su acompañante llamaba a la Policía. Los atacantes se dispersaron brevemente antes de que dos regresaran en una scooter blanca, y el principal agresor bajó de la moto para continuar pateando al primo de Rubén.
Cuando finalmente llegó la Policía, intentó recabar información de las víctimas, pero sus declaraciones fueron fragmentadas e incoherentes debido a la traumática experiencia. La mujer proporcionó descripciones de los dos principales agresores, mientras otro grupo vio a los agresores huir en una scooter blanca y entrar en un establecimiento cercano.
La Policía le mostró a Rubén una fotografía y este pudo identificar a los atacantes. Sin embargo, la Policía insistió en que las descripciones proporcionadas por el primo de Rubén no coincidían con los agresores, y no reconocieron al grupo inicial más grande involucrado en el asalto.
Rubén y su primo ya han denunciado los hechos ante la Policía.
Trauma continuo e impacto duradero
El brutal asalto dejó a Rubén y a su primo lidiando con profundas cicatrices emocionales y lesiones físicas. Nos ha pedido que no proporcionemos sus datos personales por miedo.
El primo de Rubén, cuya audición se vio afectada por la paliza, continúa luchando contra la discapacidad auditiva varios días después. Los violentos golpes le han dejado con una persistente dificultad para oír con claridad, una condición angustiosa que perturba su vida diaria y sirve como un recordatorio constante de la terrible experiencia.
Para el propio Rubén, la pérdida de sus gafas durante el ataque lo ha dejado sin ver con claridad. Esta discapacidad repentina y forzada no sólo ha creado desafíos prácticos sino que también ha exacerbado el costo psicológico, despojándolo de su independencia y aumentando su vulnerabilidad en una situación ya de por sí traumática. Tiene dolor en el pecho y las costillas y dificultad para caminar.
Los efectos duraderos de este ataque impulsado por el odio se extienden mucho más allá del ámbito físico, proyectando una sombra de ansiedad y desconfianza sobre sus vidas. Desde el Observatorio andaluz contra la Homofobia, Bifobia y Transfobia se mantienen en contacto con Rubén y su primo, brindándoles la asistencia necesaria para que este ataque no quede impune y puedan retomar su vida lo antes posible.
Paralelamente una amiga de los chicos ha creado una campaña de recaudación de fondos para comprar unas nuevas gafas, y sufragar gastos relacionados con este incidente, ya que están en situación irregular.