Primer Foro Mundial sobre Refugiados, una oportunidad que no podemos dejar escapar

| 17 diciembre, 2019

SOPHIE MULLER (Representante de ACNUR en España). EL MUNDO.- Amrou es un refugiado sirio en España, que hace siete años tuvo que salir de su ciudad natal, Alepo, siendo menor de edad, huyendo de la sinrazón de la guerra. No fue una decisión fácil para sus padres separarse de su hijo al ver que salir del país era la única forma de salvar su vida; ni tampoco para él emprender el camino del exilio solo, dejando atrás a todos sus seres queridos. Y él consiguió pedir asilo en España, sin saber realmente mucho de este país, y ahora no deja de dar gracias por su suerte.

Con suerte, no me refiero sólo a la que tuvo él al poder salvar su vida, sino a la que han tenido quienes han convivido con Amrou, y también la suerte de España que cuenta con un joven valiente, luchador, optimista y de principios, que colabora como voluntario con las entidades que le ofrecieron ayuda a él.

La suerte de este refugiado sirio de 25 años no ha sido la que han corrido la mayoría de los 70 millones de personas desplazadas en el mundo, dentro y fuera de las fronteras de sus países, a causa de la guerra, la violencia o la persecución. De ésta cifra, cerca de 26 millones son personas refugiadas y de ellas el 85% se encuentra en los países más desfavorecidos del mundo. Son padres, madres, tíos, hijas, abuelos que, en muchos casos, llevan décadas en el exilio, sin una solución en el horizonte que les permita tener un futuro.

Y precisamente, para discutir sobre su futuro, sobre la capacidad de los Estados para buscar conjuntamente soluciones a su situación en cumplimiento de sus obligaciones internacionales de protección, ACNUR celebra del 16 al 18 de diciembre en Ginebra el primer Foro Mundial sobre Refugiados. Durante estos días se pondrán sobre la mesa buenas prácticas y compromisos concretos que apoyen a los países y a las comunidades que acogen a la mayoría de los refugiados, muchas veces Estados próximos a zonas de conflictos que enfrentan múltiples desafíos o países donde la situación de derechos humanos es crítica. El Foro emana del Pacto Mundial sobre Refugiados, aprobado por la Asamblea General de la ONU hace un año, que nos ofrece a todos una oportunidad histórica para transformar el enfoque de trabajo hacia este colectivo destacando que la protección de las personas refugiadas es una responsabilidad internacional compartida.

Uno de sus objetivos es implicar a los distintos actores en la respuesta a la situación de los refugiados desde el primer momento. Para ello, queremos que se refuerce la construcción de alianzas y la movilización del sector público y privado, de académicos, medios de comunicación, sociedad civil, entidades religiosas, organizaciones de la ONU, comunidades de acogida y a los propios refugiados, incluido Amrou.

España estará representada. Un país en el que llevo apenas dos meses desde que asumí mi nuevo cargo, pero que han sido suficientes para darme cuenta de la generosidad y solidaridad de su sociedad.

Entre las acciones y compromisos que España presentará esta semana en Ginebra estará el incremento de los objetivos de reasentamiento como solución duradera, programas de empleo y educación, desarrollo del patrocinio comunitario, fortalecimiento del sistema de asilo y acogida, incluyendo avances legislativos, o la movilización de recursos financieros.

Me enorgullece ver la gran movilización de entidades privadas, universidades, empresas, ONGs, y de hombres y mujeres de la sociedad española, muchos de ellos contribuyendo con los programas de ACNUR en el mundo a través del Comité Español, ‘España con ACNUR’. Pero veo también los importantes desafíos que existen para proteger a los refugiados en este país. Junto a mi equipo, desde ACNUR trabajamos codo a codo con todos los actores, de hoy y mañana, a nivel central, regional y local, para superar entre todos estos retos importantes de manera justa y eficaz.

Pero esto no se podrá alcanzar si no trabajamos a su vez en romper los miedos, la peligrosa retórica y, a veces, el estigma que etiqueta a los refugiados como una amenaza y no como una oportunidad. Queremos que se les vea como lo que son, personas con una enorme capacidad de superación, auténticos héroes y heroínas muchos de ellos, que han tenido que rehacer sus vidas desde cero y que contribuyen a las sociedades que los acogen en cuanto se les da la oportunidad. Como Amrou, que gracias a una beca universitaria, está cursando 3º de Derecho y compagina sus estudios con colaboraciones como mediador social con menores no acompañados. Menores como lo fue él cuando tuvo que huir sin más ambición que salvar su vida y con el sueño de convertirse algún día en un defensor de los Derechos Humanos y «Embajador de Paz».

En nuestras manos está que el sueño de Amrou y el de muchos otros refugiados se pueda hacer realidad con el apoyo de todos. El Foro Mundial sobre los Refugiados de esta semana busca este objetivo. Todas las voces cuentan, todo el mundo cuenta.

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