Valencia Acoge asegura que los organizadores del reparto de comida sacaban de la cola a gente nacionalizada que no es de origen español
JOSÉ PARRILLA. LEVANTE-EMV.- La asociación de defensa de los inmigrantes Valencia Acoge ha presentado a la Fiscalía encargada de investigar los delitos de odio la propaganda utilizada por el partido de extrema derecha España 2000 en su acto de reparto de comida en el barrio de Orriols sólo a españoles. También ha aportado testimonios de personas que vieron sacar de la cola a inmigrantes que tenían DNI (nacionalizados) pero no eran de origen español.
Así lo reveló ayer Esther Izquierdo, portavoz de Valencia Acoge, durante la presentación del proyecto «Orriols Con-vive», que busca precisamente la convivencia y la multiculturalidad en el barrio con apoyo de la Unión Europea y el Ministerio de Empleo y Seguridad Social.
Ya antes de que tuviera lugar el reparto de comida de España 2000, ésta y otras asociaciones se dirigieron a la Delegación del Gobierno para que no autorizara un acto «xenófobo», tal como establece la Constitución y el Código Penal, dicen. Pero la delegación les replicó que se trataba de un partido legal y un derecho, el de reunión, también recogido en la Constitución.
Para Ester Izquierdo, por tanto, «la primera culpable es la delegada del Gobierno», pues era evidente que repartir «una cantidad irrisoria de comida» en un barrio con un 30% de inmigración sería «un acto electoralista que jugaba con las personas necesitadas para recoger votos».
Dicho es, cree que ahora le toca actuar a la Fiscalía y de ahí que le hayan aportado toda la documentación y los testimonios que han podido recoger. «Fue un acto político, no de solidaridad, que pretendía dividir al barrio, un acto xenófobo que propagaba ideas prohibidas en toda Europa», añadió Toni Terrones, miembro de la entidad.
Su apuesta, según dijo, es «la convivencia y la vida digna» de todos los vecinos del barrio, una propuesta cierta que ha avalado, por ejemplo, el Centro Cultural Islámico con el reparto de 19 toneladas de comida en el primero de los tres repartos del año, o la Iglesia Evangélica con la dispensación de otras 15 toneladas.
Para cerrar ese círculo, ayer se presentó también el proyecto Orriols Con-vive, que, según Esther Izquierdo, quiere recuperar la convivencia del barrio con participación de todas las entidades y colectivos sociales. La educación, el paro, el ocio, el deterioro del comercio, la vivienda y el racismo son algunos de los temas abordados en los distintos grupos de trabajo.
«Aquí nadie invierte nada. Todo lo hacemos los vecinos. No nos ayuda nadie. Estamos abandonados a nuestra suerte y encima legalizan un acto xenófobo que sólo quiere la provocación», dijo Toni Terrones volviendo a España 2000. En los próximos días se informará de la convocatoria de una manifestación para denunciar todo esto.
