EURONEWS.- Un año más, un invierno más, miles de personas viven en condiciones precarias en el campamento de refugiados de Moria, en la isla griega de Lesbos.
Algunos, los que han tenido suerte, han encontrado un lugar en el campamento, que tiene capacidad para acoger a un máximo de 3.500 personas.
Pero aquellos que viven en los campos permanecen expuestos a un frío y una lluvia intensos, enfrentándose con muchas dificultades para proteger a sus familias.
Muhammad Jaffary, un refugiado de 26 años afgano y algunos más están intentando construir una pequeña casa de madera. «Nos han dado una tienda pequeña, pero no cabemos. Somos una familia de siete personas. ¿Quién puede vivir en un campo lleno de charcos y piedras? Es invierno y no tengo ropa adecuada. Sólo tengo esta camiseta».
El pasado mes de septiembre el número de refugiados en el campamento llegó a ser de 9.000. La situación era insostenible. La gente tenía que hacer cola durante 3 horas para recibir la comida. Ahora, muchas familias intentan cocinar y hacer pan fuera del campamento.
«Tengo 36 años y ocho hijos» cuenta Shahla Nori, una refugiada afgana de 36 años. «Esta chaqueta es lo único que tengo para pasar el invierno. Últimamente ha llovido mucho. El agua entra en la tienda y hace mucho frío. Moria no es un lugar para familias. No queremos quedarnos aquí, tenemos que marcharnos, queremos ir a Atenas.
Aunque actualmente viven menos de 5.000 personas en Moria, muchos se sienten atrapados en la isla.
De acuerdo con el Ministerio de Inmigración griego, en Grecia viven alrededor de 70.000 refugiados, de los cuales 11.900 lo hacen en las islas del Egeo y 3.500 son menores no acompañados.
Amnistía Internacional sostiene que el gobierno griego y la Eunión Europea son responsables del actual punto muerto.
Para Gabriel Sakellaridis, responsable de Amnistía Internacional en Grecia, «a través de la declaración y el acuerdo conjunto firmado con Turquía, la Unión Europea está tratando de redimir sus responsabilidades con dinero. La Unión Europea está financiando a terceros países como Turquía o como Libia en el sur para mantener a los inmigrantes y refugiados lejos de su jardín».
Los voluntarios intentan entretener a los niños, pero la situación en Moria no mejorará a menos que un número de refugiados sean trasladados al continente.
«Guantánamo», «la vergüenza de Europa» o «el peor campo de refugiados de Europa» son sólo algunos de los nombres que los refugiados, ONGs y medios de comunicación le han dado a Moria los últimos años. A pesar de todo, las autoridades griegas argumentan que las precarias condiciones de vida se deben al incremento del número de inmigrantes procedentes desdeTurquía.