Desde septiembre, el rumor de que los grupos antifascistas empezarán una insurrección violenta el próximo 4 de noviembre ha circulado por las redes
JASON WILSON. THE GUARDIAN / ELDIARIO.ES.-Si estás metido en la burbuja informativa de la «derecha alternativa» estadounidense es probable que te estés preparando para la guerra civil que estallará este sábado.
Desde septiembre, el rumor de que los grupos antifascistas empezarán una insurrección violenta el próximo 4 de noviembre ha ido circulando a través de grupos de Facebook, el tablero de mensajes subreddits, Twitter, y medios de comunicación que difunden teorías de la conspiración.Una supuesta acción antifascista.
Algunas páginas web han explicado a sus usuarios que los grupos antifascistas «planean matar este fin de semana a todos los votantes de Trump, a los conservadores y a los propietarios de armas». Cientos de posts en Facebook demuestran que algunas plataformas dan veracidad a este rumor. También comentarios como «los blancos se enfrentan a una amenaza más; juro por dios que cogeré mi coche y atropellaré a estos jodidos».
Sin embargo, los grupos antifascistas no tienen previsto manifestarse ese día y los minúsculos grupos de izquierdas que han organizado protestas para el sábado no tienen ninguna relación con los antifascistas. Entonces, ¿de dónde sale este rumor?
Partidarios de las teorías de la conspiración
Según Spencer Sunshine, que recientemente escribió un informe sobre las teorías de la extrema derecha para la organización Political Research Associates, unas pocas fuentes han alimentado este rumor. Los partidarios de las teorías de la conspiración que operan en YouTube han estado hablando de una «guerra civil» que empezará en noviembre y podría prolongarse unos meses.
A finales de setiembre, tres hechos hicieron que este rumor ganara fuerza. El primero de ellos, que Refuse Fascism (Rechaza el Facismo), un pequeño grupo vinculado con el Partido Comunista Revolucionario, organizó una protesta espectacular en Los Angeles.
Consiguieron bloquear la autopista 101 y mostraron unos carteles con un mensaje enigmático: «el 4 de noviembre empieza». Se trata del mismo grupo que este fin de semana ha organizado protestas a lo largo y ancho del país contra «el régimen Trump-Pence».
Vídeos virales
El segundo, que se hizo viral un video colgado en una página de Facebook llamada Vets Before Illegals («veteranos antes que los inmigrantes ilegales»). El vídeo «los antifascistas ya tienen una fecha para la guerra civil» aseguraba que «en su página web hacen un llamamiento para una guerra civil que empezará en noviembre» e impulsan sus planes para atacar a policías, ciudadanos y al gobierno.
Un famoso presentador de radio
Y por último, pero no por ello menos importante, Alex Jones, un presentador estrella de la radio seguido por miles de personas, se hizo eco del rumor y lo difundió. Como explica Sunshine, Jones «se ha convertido en un ferviente defensor de las teorías de la conspiración»; se alimenta de las teorías de terceros y las adapta a su discurso y a sus oyentes.
Según Sunshine, una vez Jones se hizo eco del rumor, este se extendió como la pólvora: «Cuando Jones habló de esta teoría, la propagó y sus oyentes la interpretaron como quisieron». El miércoles por la mañana la página web de Jones todavía daba esta noticia.
Un giro absurdo
En los últimos días esta historia ha dado un giro absurdo ya que empezó a ser difundida de forma masiva por medios de comunicación conservadores más moderados. Gateway Pundit, un blog conservador que desde hace poco informa sobre la actualidad, publicó un artículo de su corresponsal en la Casa Blanca, Lucian Wintrich, que afirmaba que «un líder antifascista» había prometido que el próximo 4 de noviembre decapitaría a «padres blancos».
Sin embargo, esta historia se originó a partir de un tuit enviado en clave de broma desde una cuenta de Twitter que no tiene ningún vínculo con grupos antifascistas.
En una entrevista por teléfono, Wintrich reconoció que su historia partía de este tuit y que es poco probable que este sábado haya una revolución. Sin embargo, no se retractó e indicó que su artículo critica los discursos de izquierdas.
«La izquierda radical siempre bromea sobre asesinar a blancos. ¿Qué pasaría si yo bromeara sobre matar a padres negros? Saldría en las portadas de todos los periódicos del país».
«Si se considera correcto que ellos carguen contra los conservadores cuando estos cuentan chistes bastante inocentes, ¿por qué nos tenemos que callar cuando ellos hacen comentarios que están completamente fuera de lugar? Deberían juzgarnos igual».
El artículo daba todo lujo de detalles sobre la ideología antifascista y afirmaba que los activistas son «como jugadores de rol que intentan tener relaciones sexuales con alguien o algo».
Cuando le preguntaron por sus fuentes, Wintrich señaló sus estudios: «Fui estudiante de Bard College. Me eduqué con universitarios que seguramente están en listas de sospechosos de terrorismo por ser extremistas socialistas o comunistas».
Como señala Sushine, si bien es cierto que los activistas de Refuse Fascism han apoyado en el pasado a grupos antifascistas y a menudo participan en las mismas manifestaciones, no existe una «conexión formal» entre unos y otros. Añade que se trata de un grupo pequeño y sus protestas son pacíficas y siempre critican al gobierno. Su blanco de ataque nunca son los militantes de derechas ni la policía.
Mark Bray, un historiador que escribió un manual sobre el antifascismo ( Antifa: The Antifascist Handbook) coincide con esta opinión: «Hasta 2017 la extrema derecha no sabía qué era un antifascista». También explica que ahora la extrema derecha se ha interesado por ellos por varios motivos. Por extensión, ya que demonizan a los anarquistas en general. También es una forma de difamar a los progresistas de a pie que no tienen ningún vínculo con los grupos antifascistas.
En cierto modo, este pánico ha conseguido movilizar a cierto sector de la derecha. Como explica Sunshine: «Moviliza a las bases, forma parte del discurso apocalíptico que utilizan. La amenaza que siempre nos acecha. Es un llamamiento a no bajar la guardia».
Y, a no ser que ahora manifestantes de extrema derecha se presenten a la cita para luchar contra «la revolución» y terminen peleándose, probablemente no pasará nada.
«El 4 de noviembre no habrá ni una revolución ni una guerra civil», afirma Bray. «Y hagan constar que así lo he afirmado».
Traducido por Emma Reverter