«Recomendaría a Ursula von der Leyen que lea la Constitución polaca, donde está claramente escrito de qué se trata el matrimonio», dijo el viceministro de Justicia polaco.
CARMEN VALERO. EL MUNDO.- La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se ha topado contra el muro que es Polonia para los derechos LGTBI. El Gobierno y Fiscalía Nacional polacos no han tardado ni 24 horas en responder al llamamiento de Von der Leyen a favor de las libertades que priman en la Unión para, cada uno con sus instrumentos, devolver la bofetada que ésta dio a Polonia ante el Parlamento Europeo.
Por boca del viceministro de Justicia Michal Wójcik el Ejecutivo ultraconservador polaco ha acusado este jueves a Bruselas de presión para forzar la introducción de normas que violan la Constitución polaca.
«Recomendaría a la presidenta Ursula von der Leyen que lea la Constitución polaca, donde está claramente escrito de qué se trata el matrimonio«, declaró Wójcik.
Paralelamente, la Fiscalía Nacional ha recurrido al Tribunal Administrativo Supremo una sentencia del Tribunal Administrativo Provincial de Gliwice (sur), que anuló en julio una resolución «anti-LGTBI» de las autoridades locales de Istebna por considerar que el veredicto de esa instancia restringe la libertad de expresión.
En su sentencia, el tribunal de Gliwice consideró que la «zona libre de LGTBI» de Istebna violaba varios artículos de la Constitución, como el que proclama la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. El fallo fue celebrado por activistas a favor de los derechos de ese colectivo, que ha denunciado persecuciones.
Las conocidas como «zonas libres de ideología LGBTI», principalmente en el ámbito rural y por iniciativa de autoridades locales que aprueban declaraciones en defensa de la familia tradicional y en contra de lo que consideran una ideología perversa, comenzaron a crearse en 2019 y superan y el centenar.PUBLICIDADAds by Teads
En su discurso ante el Parlamento Europeo, Von der Leyen afirmó que las zonas «libres de LGTBI» no «tienen cabida en la Unión Europea» y anunció que pondrá en marcha una estrategia para reforzar los derechos de esa comunidad. Pero nadie garantiza su implantación. La retórica homófoba del partido en el poder y la influencia de la Iglesia Católica en Polonia han creado una red tan tupida que resulta impermeable a las advertencias comunitarias. El pasado mes de julio, la Comisión rechazó la petición de fondos a seis municipios polacos que se habían declarado «zonas libres LGTBI». Aunque se trataba de aportaciones de entre 5.000 y 24.000 euros, la Comisión intentó con su negativa enviar un mensaje a Polonia que Polonia sigue sin oír.
Con la sartén de la Justicia por el mango, el Gobierno que dirige en la sombra el líder del ultranacionalista Ley y Justicia (PiS), Jaroslaw Kaczynski, no sorprende que ahora sea también la Fiscalía Nacional la que entienda, casi tres meses después de la sentencia de Gliwice, que ésta restringe la libertad de expresión en temas de importancia social.
Argumenta en su recurso que el fallo fue «una injerencia inaceptable en el derecho de la comunidad del gobierno local a expresar opiniones sobre valores como la vida privada, conyugal y familiar y el derecho de los padres a criar hijos según sus creencias».