EFE.- La Policía brasileña descartó este viernes la existencia de motivación política en el asesinato cometido por un partidario del presidente, Jair Bolsonaro, contra un correligionario del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
Pese a admitir que la razón de la discusión, que terminó en muerte, comenzó por diferencias políticas, la comisaria a cargo del caso afirmó que el homicidio se cometió porque el asesino se sintió «humillado» después de que la víctima le hubiera lanzado «piedras y tierra» a él, su esposa e hijo, que estaban dentro de su vehículo.
«Lo que queda claro, en un primer momento, fue que hubo una discusión y una provocación por motivaciones políticas, pero cuando él retorna para casa y resuelve volver no hay pruebas suficientes en los autos que indiquen de que él regreso porque quería cometer un crimen de odio contra alguien de otro partido político», declaró en rueda de prensa la comisaria-jefe de Homicidios del estado de Paraná (sur), Camila Cecconello.
El hecho ocurrió el pasado sábado en Foz de Iguaçú, en la frontera con Paraguay y Argentina, cuando el guarda municipal Marcelo Arruda celebraba su cumpleaños con una fiesta «temática» dedicada a Lula y el agente penitenciario José da Rocha Guaranho, simpatizante de Bolsonaro, se presentó en el lugar y disparó contra la víctima.
Las cámaras de seguridad del club policial en el que se celebraba la fiesta registraron imágenes en las que se ve a Guaranho -director de la institución- dentro de su automóvil discutiendo con alguien de afuera y, después, Arruda aparece lanzando piedras al interior del vehículo.
Guaranho sacó su arma y se retiró, pero minutos después retornó a alta velocidad. En las imágenes, se ve a Arruda corriendo, también armado, hacia el interior del recinto, donde el agente penitenciario entró disparando sólo contra la víctima.
Arruda fue impactado con dos tiros, pero antes de morir llegó a defenderse consiguiendo realizar cuatro disparos a Guaranho, quien recibió golpes y patadas de otras personas que estaban en la fiesta cuando ya estaba caído en el suelo.
El agente penitenciario se encuentra en estado grave en un hospital de Foz de Iguaçú.
«Es difícil entonces hablar de crimen de odio y que él (Guaranho) mató a la víctima por ser petista. Según los autos él volvió porque se sintió ofendido por la escalada de la discusión. Fue un crimen fútil», subrayó Cecconello.
La comisaria señaló que Guaranho, por ser uno de los directores del local donde se celebraba la fiesta, vio en su teléfono imágenes de la misma con una temática alusiva a Lula y por eso decidió ir a provocar a las personas que estaban allí, pero aclaró que no conocía a la víctima.
La muerte de Arruda, que era tesorero en Foz de Iguaçú del izquierdista y opositor Partido de los Trabajadores (PT) -formación de Lula- movió el escenario político del país a poco más de tres meses de las elecciones generales.
Lula, amplio favorito para vencer en los comicios presidenciales, pidió a sus correligionarios «evitar provocaciones» por parte de seguidores de Bolsonaro, quien busca la reelección y, a su vez, lamentó el hecho y conversó por videoconferencia con algunos familiares del militante rival asesinado.