La campaña «Prou de valenciano-fòbia» pone el foco en la relación de los ciudadanos con la administración
LEVANTE – EMV.- Plataforma per la Llengua presentó ayer «Prou de valencianofòbia», una campaña que reclama que la «discriminación lingüística no quede impune», reivindica el «derecho a hablar valenciano en el ámbito privado y en el público» y que pone el foco en las relaciones de los ciudadanos con la administración, donde ha contabilizado 53 «discriminaciones graves» desde 2007. Frente a esta situación, propone un «plan de choque» tanto al Gobierno central como a los autonómicos.
Así lo explicaba ayer el delegado de Plataforma per la Llengua País Valencià, Manuel Carceller, junto a dos personas que han vivido casos de «discriminación lingüística grave» en el contexto de la sanidad pública valenciana, Lorena Fababú y Maria José Domènech. El acto se ha celebrado frente al Centro de Especialidades Joan Llorenç, donde tuvo lugar el incidente que denuncia Fababú.
Carceller ha denunciado que «hay una discriminación lingüística grave por el simple hecho de hablar valenciano», que se concreta en 159 casos «graves» dentro de la Administración desde 2007, 53 de ellos en la Comunitat, según los datos de la ONG.
De estos 53, diez fueron en el ámbito sanitario, que es la que más incidencias aglutina. Durante 2018, se han contabilizado 24 discriminaciones «graves», cinco en la Comunitat. Entienden por casos «graves» aquellos en los que haya «humillación, vejación, insultos o negación de servicio». «No son una anécdota» sino «la punta del iceberg» porque no todas las personas acuden a denunciarlos, aseguran y habla de «discriminación ideológica».
Para dar testimonio de esta situación, Maria José Domènech ha explicado su experiencia personal, que tuvo lugar en Villanueva de Castellón. «Cuando necesité asistencia por parte de una enfermera, me dijo que no le hablara en valenciano», ha denunciado. Ella contestó que «no sabía castellano». «Me negaba a hablarlo porque ella quisiera», ha señalado, antes de manifestar que se sintió «ofendida como paciente y persona». La enfermera se negó a prestarle el servicio.
Del mismo modo, Lorena Fababú ha relatado que acudió al centro de Joan Llorenç el pasado 28 de agosto porque estaba embarazada de 30 semanas y tenía una visita ginecológica. Según ha indicado,al saludar a la médico con un «bon dia», esta le reclamó que le hablara en castellano porque dijo que no la entendía. Fababú le indicó que «no tenía problema en entender el castellano» pero que quería expresarse en valenciano.
La doctora pretendía cancelar la visita, pero finalmente se llevó a cabo, aunque la especialista «se negó a expresar nada más». Además, en el informe médico hizo constar que se comunicaba en valenciano. La doctora, además, interpuso una denuncia en su contra.