ÓSCAR ALLENDE. EL FARO RADIO.- La fachada del instituto santanderino Leonardo Torres-Quevedo de Santander, en el barrio de Cazoña, presenta una pintada de carácter homófobo que, además, se ha realizado vandalizando un mural de Desvelarte, obra de Udane.
El instituto se ubica en un barrio de carácter obrero, cuyas familias se alzaron recientemente contra la instalación de varias casas de apuestas en el barrio, junto a este y otros centros educativos que se concentran en la zona.
El año pasado, entre sus actividades, se encontró la visita del escritor Nando López, profesor que en sus novelas se ha especializado en historias contra el acoso escolar y sobre la diversidad sexual en la adolescencia.
En Cantabria, la última estadística del Ministerio de Interior refleja que el año pasado se produjo un caso por orientación sexual, igual que el año anterior, si bien en estos datos se recogen los que acaban llegando a la Policía, quedando fuera aquellos que no son denunciados.
Cantabria sigue pendiente de la aprobación definitiva de la Ley LGTBI, que penaliza las llamadas terapias de conversión (sic), protege al alumnado trans y trabaja en la sensibilización y educación contra situaciones de acoso escolar, que sufren mayoritariamente los menores gays, lesbianas, trans o bisexuales.
Jóvenes y adolescentes vienen protagonizando en los últimos años acciones de rechazo a la LGTBIfobia, como su asistencia masiva a la protesta contra el bus con mensajes transfóbicas o el protagonismo que vienen teniendo en las últimas, y masivas –antes de la pandemia– celebraciones del Orgullo.
Recientemente, la revista Pikara denunció también pintadas de odio, en este caso de carácter machista, en sus instalaciones en Bilbao, que, entre otros apoyos, recibió el de la librería cántabra La Vorágine (que a su vez ha sido objeto en el pasado de pintadas racistas y xenófobas).