Levante.- El presunto autor de los símbolos y mensajes de odio en el patrimonio urbano de Carcaixent actúa de nuevo, y a plena luz del día, pese a que la Fiscalía pedirá contra él la máxima pena en el juicio.
Poco parece importarle estar a punto de sentarse en el banquillo por un delito de odio. El presunto autor de las más de 700 pintadas nazis de Carcaixent fue sorprendido, de nuevo, mientras garabateaba una esvástica con un bote de pintura en spray en una pared de la localidad, a plena luz del día y sin remordimiento alguno.
Los hechos ocurrieron el pasado viernes. El individuo, acompañado de dos jóvenes y un perro, estampó el símbolo nazi en la pared de una vieja industria de la localidad, a escasos metros del cuartel de la Guardia Civil, y se marchó del lugar como quien no quiere la cosa. Poco le importó hacerlo de día o la posibilidad de que le descubriesen, como finalmente ocurrió. Aunque no fueron las fuerzas del orden sino un vecino, que grabó la fechoría con su teléfono móvil. El vídeo ha circulado activamente en redes sociales a lo largo del fin de semana y ha llegado a manos tanto de la Benemérita como de la Policía Local, por lo que se añaden nuevas pruebas a un ya amplísimo expediente que ha llegado a manos de la Justicia. Un hecho que, sin embargo, no ha evitado que aparezcan nuevas pintadas con cierta periodicidad.
No es la primera vez que sucede. Ya en el pasado, fue pillado in fraganti ensuciando el patrimonio urbano, no solo con pintura, sino con mensajes de odio. Se trata de un conocido activista relacionado con la extrema derecha que, incluso, se vanagloria de ello. De hecho, su historial se remonta, al menos, cinco años. Fue el momento en el que la proliferación de pintadas con esvásticas, cruces celtas o expresiones como «Heil Hitler», «Arriba España», «Rojos al paredón» u «Holocausto mentira» inundaron las calles de Carcaixent. También se sucedieron en Alzira o Guadassuar, aunque en menor proporción.
Como ya avanzó Levante-EMV, el consistorio elaboró un amplio dosier en el que recopiló las numerosas pintadas aparecidas a lo largo y ancho del término municipal para enviar el caso a la Fiscalía de Delitos de Odio. Se calcula que han sido más de setecientas, la mayoría de ellas borradas gracias a la colaboración de un grupo de voluntarios. No obstante, sobre su pintura blanca han reaparecido los mensajes y símbolos nazis en más de una ocasión. En ese sentido, el caso ha sumado nuevas pruebas a debido al goteo constante de pintadas, todas atribuidas a la misma persona en un informe grafolófico elaborado por la Guardia Civil.
Hasta cuatro años de prisión
La Fiscalía pedirá en el juicio «la máxima pena posible», que la ley fija entre uno y cuatro años de prisión, ante la reiteración del delito. La duración de la condena podría variar en función de si se acreditan o no las circunstancias de alteración de la convivencia. El proceso se encuentra en la fase final de instrucción. El ayuntamiento se ha personado también como acusación particular en la causa. Se prevé que el juicio se lleve a cabo antes de que acabe el año.
Además de las pintadas, se ha documentado la existencia de conversaciones telefónicas en las que el presunto autor muestra su carácter violento con amenazas como: «Al gorrino ese, si yo me cabreo, voy y le corto el cuello. Yo no me lo pienso, ¿eh?».