Sevilla tiene un grave problema con los ultras del fútbol, que ya no sólo se pelean durante los días de partido sino que aprovechan los parones ligueros para protagonizar violentas reyertas como la ocurrida este sábado en Triana. Un grupo de ultras béticos estaba en un bar de copas de la avenida Esperanza de Triana celebrando un cumpleaños, al parecer junto con seguidores radicales del Barcelona y del Atlético de Madrid, cuando aparecieron ultras sevillistas y se entabló una espectacular pelea.
Eran las seis de la tarde, la calle estaba repleta de personas que aprovechaban de un sábado con una temperatura primaveral y por allí paseaban familias con niños. A los salvajes les dio igual. Llovieron palos, botellas y hasta sillas del establecimiento. Un hombre de 50 años, miembro de una de las facciones que se enfrentaron, resultó herido y tuvo que ser trasladado por el servicio de emergencias sanitarias del 061 hasta el Hospital Virgen del Rocío.
Los agresores huyeron a la carrera en uno de los coches en los que habían venido, que sus rivales trataron de parar a golpes. Todo fue grabado en vídeo por varios vecinos que presenciaron la pelea desde los balcones. En las distintas imágenes que desde anoche inundan las redes sociales pueden oírse gritos de algunos viandantes aterrados. «Que hay niños, por favor», se repite constantemente. Afortunadamente, no hay constancia de heridos ajenos a los participantes en la pelea, pero pudo haberlos habido. Y graves.
La capital andaluza lleva tiempo convertida en el escenario de una guerra de ultras que no sólo se enfrentan por sus colores futbolísticos, sino también por sus ideas políticos. Los grupos radicales del Betis (Supporters Gol Sur y United Family) se han asociado tradicionalmente a la extrema derecha, mientras que el del Sevilla, Biris Norte, es de extrema izquierda. Los enfrentamientos entre ambos han sido continuos en el tiempo, aunque en el último derbi el fuerte despliegue policial evitó cualquier incidente.
No fue así el pasado 29 de octubre, cuando un grupo de radicales del Osasuna se enfrentó a ultras del Betis en la zona de la avenida de Reina Mercedes, poco antes de un partido que comenzaba a las dos de la tarde. Es decir, los ultras aprovecharon para citarse, y pegarse, una mañana de domingo ante la presencia de vecinos y aficionados que se dirigían al estadio Benito Villamarín para presenciar el encuentro. Un radical bético fue apaleado por los miembros del grupo Indar Gorri. Como las de ayer, las imágenes se hicieron virales.
Hace poco más de un año, el 6 de noviembre, la Policía abortó una brutal pelea entre béticos y sevillitas a las puertas del club Pineda, en el parque del Guadaíra, en la que participaron más de cien personas y en la que hubo cuatro heridos. Poco después, la inspectora jefa de la Brigada de Información, Manuela Arroyo, explicó que había detectado comportamientos cada vez más violentos entre los radicales de ambos equipos. En estos grupos hay gente muy joven, algunos menores de edad y muchos de ellos de familias desestructuradas, que han dejado los estudios y que encuentran entre los ultras un refuerzo que no tienen en sus casas. La investigación de aquella reyerta acabó con 12 detenidos y una enorme cantidad de palos, barras de hierro y demás objetos contundentes intervenidos.
En los últimos años, la Policía Nacional ha desarrollado más de una veintena de operaciones contra los grupos ultras del fútbol en Sevilla. En ese periodo, los agentes han percibido una mayor agresividad en los grupos, que se nutren de chicos cada vez más jóvenes. En estas trifulcas no sólo participan ultras del Betis y el Sevilla, sino también de otros equipos de fuera de la ciudad e incluso de los extranjeros contra los que se han enfrentado ambos clubes sevillanos, que han querido convertir la ciudad en un campo de batalla.
En el caso de los grupos del Betis, ha habido también incidentes entre distintas facciones. Una de estas reyertas acabó con un hombre herido grave tras recibir una puñalada horas antes de la final de la Copa del Rey que enfrentó al Betis y al Valencia el 24 de abril de 2022 en el estadio de la Cartuja. El apuñalamiento se produjo en la zona de la Barqueta. Los Biris, los Supporters y la United Family están calificados como grupos violentos y peligrosos por la comisión antiviolencia, organismo dependiente del Ministerio del Interior.