La Federación Italiana obliga a leer un fragmento del famoso libro en todos los campos de la Serie A durante las próximas dos jornadas
DANIEL VERDÚ. EL PAÍS.- Los campos de fútbol italianos, desde la Serie A hasta sus categorías inferiores, empezaron a ver ayer lo que parecía imposible hace solo una semana. Futbolistas y libros sobe el césped. Se acabó reírle las gracias al racismo y mirar hacia otro lado con las salvajadas de los ultras. Después de la última ocurrencia de los radicales de la Lazio, un fotomontaje con Ana Frank vestida con la elástica romanista a modo de burla, el calcio ha decidido comenzar todos los partidos de las dos próximas jornadas con la lectura de las últimas líneas de su famoso Diarioy el reparto de ejemplares de Si esto es un hombre, de Primo Levi.
El martes por la noche empezó el cambio de paradigma que se propone instaurar en todos los campos. Los capitanes del Inter de Milán, Mauro Icardi, y de la Sampdoria, Fabio Quagliarella, repartieron sobre el césped del Giuseppe Meazza varios ejemplares del famoso Diario de Ana Frank a un grupo de niños antes del pitido inicial. Una iniciativa para combatir la barbarie de los fanáticos ultras mediante las palabras de la niña alemana con ascendencia judía fallecida en el campo de concentración nazi de Bergen-Belsen en 1945. Esta noche juega la Lazio contra el Boloña, y el presidente del club romano, Claudio Lotito, anunció también que su equipo rendiría homenaje a la memoria del Holocausto.
El fragmento que empezó a leerse el martes, mientras el árbitro del encuentro hojeaba con curiosidad las páginas de Si esto es un hombre que se había repartido, pertenece a a los últimos compases de la obra. «Veo que el mundo se transforma lentamente en un desierto, oigo el trueno que se acerca y que algún día nos destruirá también. Siento el sufrimiento de millones de personas. Y, sin embargo, cuando miro hacia el cielo, de alguna manera siento que todo va a cambiar para mejor, que esta crueldad también terminará, que la paz y la tranquilidad volverán una vez más», rezaba el texto leído por Icardi y acompañado por un tremendo silencio. Una idea diseñada de acuerdo con el ministro italiano del deporte, Luca Lotti, y la Unión de las comunidades judías italianas (UCEI) con el objetivo de «seguir cultivando la memoria del Holocausto» y trabajar para que el deporte «transmita valores y formar consciencias».
La imagen de un futbolista leyendo pasajes de una obra sobre la destrucción de la humanidad del nazismo, completamente insólita hasta ahora en un estadio, se repetirá durante toda una semana de doble jornada (el miércoles y el fin de semana vuelve a haber partidos). Las autoridades de fútbol italianas han ordenado a todos los clubes italianos a guardar un minuto de silencio mientras se lee un fragmento del diario de Ana Frank después de que se encontraran pegatinas de la víctima del Holocausto con los colores de la Roma en las paredes y baños del estadio Olímpico, y que después fuesen utilizadas por los hinchas de la Lazio en el duelo ante el Cagliari.
El incidente, ocurrido el pasado domingo en la victoria del club romano ante el Cagliari por 3-0, fue duramente criticado por políticos italianos y medios de comunicación italianos. «Es inhumano y alarmante para nuestro país», afirmó el presidente Sergio Mattarella. También se pronunció el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, o la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi. Hasta Matteo Renzi, secretario general del PD, ha pedido que las Serie A contemple la posibilidad de jugar los próximos encuentros con las estrella de David en la camiseta de todos los equipos.