20Minutos.- Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, en Países Bajos vivían 140.000 judíos. A la terrible contienda y a la persecución nazi solo sobrevivieron 35.000 del total. 102.000 de los 107.000 que fueron deportados a campos de exterminio fueron asesinados; 57.000 murieron en Auschwitz.
De todos ellos se acuerda el Memorial de los Nombres del Holocausto en Ámsterdam, que fue inaugurado el 19 de septiembre de 2021. Es el monumento conmemorativo de todas las víctimas neerlandesas del terror nazi. Muestra los nombres de esas 102.000 víctimas del Holocausto en lo que fue una iniciativa del Comité Holandés de Auschwitz.
Ahora el país ha sabido que, finalizada la Segunda Guerra Mundial, el propio Gobierno del país espió durante años a los judíos neerlandeses que sobrevivieron a los campos de exterminio y regresaron a sus casas. Las autoridades consideraron extremistas y un peligro para la democracia a los miembros de aquel comité, y por ello fueron espiados por el servicio secreto.
Espiados hasta la década de 1980
La revelación la hizo el sábado el periódico local Parool. Para la información, sus periodistas se han basado en documentación de los archivos del BVD, precursor del AIVD (actual servicio de seguridad del país), a la tuvieron acceso a través de los Archivos Nacionales.
Tras analizar 71.000 archivos desclasificados, el diario ha contado que muchos supervivientes neerlandeses del Holocausto fueron espiados hasta la década de 1980. El servicio secreto informaba sobre las ceremonias conmemorativas y tomaba nota de los asistentes.
El Comité Holandés de Auschwitz, fundado en 1956 por supervivientes, también fue considerado una organización extremista y vigilada, según Parool. El BVD llegó incluso a tener un topo dentro de la organización, que les informaba de todo lo que ocurría.
Los periodistas holandeses han preguntado por todo ello al AIVD (actual servicio de seguridad del país), que ha respondido recordando que los hechos deben considerarse a la luz de la Guerra Fría y el auge del comunismo en aquella época. Una carta de 1964 indica que el servicio secreto holandés pensaba que el partido comunista holandés tenía presencia en el Comité Holandés de Auschwitz.
Un espionaje imposible de justificar
Ninguno de los miembros de aquel comité siguen hoy con vida, pero su actual presidente, Jacques Grishaver, considera «estremecedoras» las revelaciones ahora conocidas. «Las personas que regresaban de los campos de concentración, indigentes, eran vistas como enemigos del Estado… es un escándalo masivo», ha declarado Grishaver a la emisora NOS.
«Las personas que regresaban de los campos de concentración, indigentes, eran vistas como enemigos del Estado… es un escándalo masivo»
Ni siquiera, según Grishaver, la pista comunista justifica el espionaje masivo. «Podría ser que la gente fuera miembro del PCN, pero era un partido respetado dentro de una democracia… Eso no es motivo para considerar al comité una organización extremista», ha declarado el presidente del Comité Holandés de Auschwitz.
«Eran otros tiempos, pero ¿el hecho de que vayas a hacer un reportaje sobre las conmemoraciones de Auschwitz, sobre la gente que acudió allí para recordar a su familia que había sido masacrada, para incrustar allí a la BVD? Desafía cualquier idea de civilización. No se puede justificar, ni siquiera con el tiempo«, dijo Grishaver, presidente del Comité durante los últimos 25 años.
Maltrato holandés a los judíos supervivientes
En realidad, la noticia del espionaje llueve sobre mojado, sobre un problema que Países Bajos tuvo con los judíos supervivientes y que pesa sobre la conciencia de la sociedad neerlandesa de hoy. A los judíos que regresaron a su país en 1945 no se les dio buen trato e incluso «sus propiedades y posesiones fueron robadas o se perdieron«, cuenta Dutchnews.
Muchos ayuntamientos se mostraron poco hospitalarios con los ciudadanos judíos que volvieron a reclamar sus casas tras la Segunda Guerra Mundial. Se les llegó a exigir que pagaran los impuestos correspondientes a los años en que habían estado escondidos o malviviendo presos en un campo nazi.
Se dio el caso de ayuntamientos (unos 25) que participaron en la compra de inmuebles a los propios alemanes y que luego obstaculizaron los intentos de los propietarios por recuperar sus propiedades.