Confilegal.- Pagazaurtundúa advierte que la intolerancia religiosa es la segunda motivación de delitos de odio en Europa, donde antisemitismo y anticristianismo suponen casi el 20%
«Los ataques de odio contra el cristianismo son una constante desde el año 2000 en Europa y muestran una tendencia preocupante a la intolerancia religiosa y a la construcción del enemigo sobre prejuicios y desinformación». Así lo advierte la eurodiputada de Ciudadanos y vicepresidenta de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior (LIBE) del Parlamento Europeo, Maite Pagazaurtundúa.
Según explica, la intolerancia religiosa es la segunda motivación de delitos de odio en Europa, donde antisemitismo y anticristianismo suponen casi el 20%.
Esta eurodiputada lanzó en abril de 2022 la web Cartografía del odio y organiza talleres de trabajo con vistas a encarar el delito de odio como eurodelito.
Pagazaurtundúa ha contabilizado 3.747 incidentes de odio anticristianos en cinco países europeos entre 2015 y 2020, todos ellos censados desde fuentes oficiales.
Datos que recoge en un informe, también llamado Cartografía del odio, un trabajo de investigación realizado por la oficina de la eurodiputada a partir del análisis de más de 80.000 incidentes de odio.
Fuente: Cartografía del odio.
Entre las conclusiones destaca que el racismo y la xenofobia son los principales catalizadores de los delitos de odio. Casi el 60% de los delitos registrados responden a esta motivación, que en muchas ocasiones va acompañada del elemento religioso.
En segundo lugar aparece la intolerancia religiosa: los delitos atribuidos al antisemitismo, que representan el 9,28%, y aquellos que tienen como objetivo al cristianismo, que suman el 7,7%.
“Los registros apuntan a enormes crecimientos en cuanto a la intolerancia religiosa, hechos que llevamos advirtiendo desde que empezamos a analizar los delitos de odio. Y en especial, en España, donde se ha generado un caldo de cultivo de polarización y extremismo”, señala Maite Pagazaurtundúa tras el asesinato ayer de un sacristán y el ataque a otra Iglesia en Algeciras, que está investigando la Audiencia Nacional.
Pagazaurtundúa reclama un debate sereno sobre los hechos acaecidos, «porque en ocasiones es difícil reconocer los prejuicios que arrastramos por nuestros sesgos cognitivos o personales».
“En estos tiempos, la ceguera o la disociación de la empatía es sencilla. Adormecer selectivamente la conciencia, entumecer selectivamente la mirada y la justa indignación es fácil. Evocar la libertad de expresión o pedir la censura, selectivamente, también es moneda que da el pego. Y está convirtiendo en irrespirables las redes sociales, la opinión pública e intoxica la necesaria solidaridad con las víctimas”, manifiesta.
Los ataques contra simbología cristiana experimentan un aumento muy desigual, según el citado estudio. «De los cero delitos registrados de 2016 se pasa a casi 2.000 en 2018», expone Pagazaurtundúa.
Además, indica que el periodo 2015-2020 muestra diferentes formas o expresiones de intolerancia contra las creencias o prácticas religiosas o, incluso, contra la ausencia de religiosidad. Los hechos muestran desde insultos, hasta la interrupción de misas, asalto de templos, difamaciones, pintadas, pasando por agresiones físicas, psicológicas, actos violentos, crímenes de odio terroristas y de lesa humanidad.
“No existe una única causa que explique la intolerancia religiosa. Por un lado, los fundamentalistas religiosos consideran que su religión es la única verdadera. Por otra parte, existen otros niveles de activación de prejuicios contra las prácticas religiosas de otras personas a veces relacionadas con cuestiones sociales o frente a la visibilidad pública de otras prácticas”, explica.
Además, señala que la intolerancia religiosa extrema junto a la radicalización puede llevar al terrorismo de inspiración yihadista u otros. «Desde ese punto de vista se analizarán los hechos de Algeciras, al igual que se ha contabilizado, por ejemplo, uno de los asesinos de los atentados de Barcelona-Cambrils, el 17 de agosto de 2017, cuando conducía la furgoneta con la que atropellaba a los viandantes de las Ramblas, lo hacía al grito de ‘morir judíos, morir infieles’”’», afirma Pagazaurtundúa.
Esta eurodiputada defiende la necesidad de abordar el debate técnico y social pendiente sobre los delitos y discursos de odio, para legislar mejor y proteger los derechos de los ciudadanos y el Estado de Derecho, en línea con la propuesta de la Comisión Europea, que en diciembre de 2021 presentó una propuesta para convertir los delitos de odio en delito grave de ámbito europeo, junto a la trata o el narcotráfico.
Tenemos que poder hablar de este tipo de delitos sin que se convierta ni en un tabú analizarlo ni en una guerra de guerrillas ideológica. Porque si no, en el barullo, las víctimas quedan solas y, lo que es peor, bajo sospecha”, sostiene.
En diciembre de 2021 publicó un libro que es el resultado de dos años de investigación sobre los incidentes y delitos de odio y discriminación registrados de 2015 a 2020 en seis países de Europa, entre ellos España, que «abre los ojos sobre una realidad que crece imparable y que provoca miles de víctimas, aunque nueve de cada diez personas que sufren agresiones por odio en Europa no denuncian».
EL LIBRO PARA DESCARGAR
Esta eurodiputada creció en un entorno social de intolerancia y odio político y conoce empíricamente el acoso, la hostilidad y la intolerancia. ETA asesinó a su hermano Joseba, militante del PSE, en 2003 tras años de amenazas, acoso y agresiones.