El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk insta a cumplir las normas comunitarias
LUCÍA ABELLÁN. EL PAÍS.- Hungría vuelve a desafiar las recetas europeas sobre refugiados en un momento en que las soluciones individuales ganan terreno en la UE. El primer ministro, Viktor Orbán, ha anunciado este miércoles un referéndum para ver si la ciudadanía húngara acepta las cuotas obligatorias de refugiados aprobadas por los países miembros. El líder conservador las considera “un abuso de poder”, pese a haber sido aprobadas por mayoría cualificada por los Veintiocho (con el voto en contra de su país, República Checa, Eslovaquia y Rumania).
“Nadie ha preguntado a los europeos hasta ahora si aceptan o rechazan las cuotas obligatorias de migrantes”, ha argumentado Orbán en una conferencia de prensa en Budapest, según informa Reuters. El mandatario, que desde el principio ha aplicado medidas controvertidas para impedir la llegada de refugiados a su territorio, no ha aclarado cuándo se celebraría el referéndum sobre asilados. La falta de detalles revela que se trata de una medida improvisada que pretende abrirse camino en un momento de caos de la gestión migratoria en la UE.
De celebrarse, sería el primer referéndum de este tipo en Europa. Su legalidad resulta dudosa porque se anuncia después de que la decisión sobre la distribución de asilados sea firme tras haberla votado los ministros del Interior el pasado septiembre. La consulta, probablemente, pueda celebrarse, pero el tribunal europeo deberá hacer prevalecer la legislación comunitaria, refrendada por los socios, ante un eventual no a las cuotas en el referéndum húngaro.
Con consultas o sin ellas, el reparto de refugiados avanza con mucha lentitud, y de las 160.000 personas que se acordó reubicar en el plazo de dos años, apenas se han distribuido 500 en cinco meses. Sin embargo, las entradas de migrantes desde Turquía no dejan de crecer y los cierres unilaterales de fronteras están creando un embudo en Grecia, cuya vecina Macedonia impide desde finales de la semana pasada el paso de buena parte de las personas que tratan de seguir camino hacia el norte de Europa.
Acciones descoordinadas
La frontera no está completamente cerrada, pero sí hay “mil y algunos cientos de personas” bloqueadas a la salida de Grecia, según explica un portavoz griego. El primer ministro, Alexis Tsipras, se ha reunido este miércoles en Atenas con el nuevo alto comisionado de Naciones Unidas, Filippo Grandi, para abordar la situación sobre el terreno. Tsipras ha clamado contra las “acciones unilaterales y no coordinadas» de algunos Estados miembros, informa Efe.
La mejor muestra de enfoques descoordinados la ha dado Austria en la reunión restringida a la que ha convocado este miércoles a nueve Estados de los Balcanes (comunitarios y no comunitarios) para debatir la crisis de refugiados. La ministra del Interior, Johanna Mikl-Leitner, ha criticado abiertamente a Alemania ante la prensa. “Alemania tiene que decidir qué mensaje quiere mandar; hasta ahora envían las siguientes: permiten a Grecia practicar la política de puertas abiertas, pero al mismo tiempo piden a Austria que frene a todos aquellos que quieren viajar a Alemania”. También ha acusado a Grecia de dejar pasar a todos los migrantes hacia el norte. Las autoridades austriacas, a las que Bruselas ha abierto un procedimiento por imponer desde la semana pasada cuotas de tránsito y de demandas de asilo en el país, no han invitado a esa reunión ni a Alemania ni a Grecia.
Los ministros del Interior de la UE tendrán hoy la oportunidad de debatir esos enfoques individuales a la crisis. Antes de la reunión que mantendrán todos en Bruselas, los de los países más afectados por el paso de refugiados mantendrán un desayuno de trabajo para tratar de coordinar sus políticas. Serán los titulares del Interior de Alemania, Austria, Croacia, Serbia, Macedonia y Grecia, acompañados de la Comisión Europea, la presidencia holandesa de la UE y la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR). Los ministros llevan meses defendiendo en Bruselas ese enfoque conjunto, pero en la práctica actúan de manera descoordinada.
Entretanto, el presidente del Consejo Europeo –representa a los Estados miembros-, Donald Tusk, ha lanzado el enésimo llamamiento a cumplir las reglas comunitarias. “Tenemos que respetar las normas que nos hemos dado: el reparto de refugiados y que todos los países apliquen Schengen de manera cabal”, ha insistido ante el pleno del Parlamento Europeo.