Confilegal.- La acción en el ámbito del fútbol contra los delitos de odio había comenzado con anterioridad, incluso cuando no estaban identificados con esta denominación, mucho antes de la irrupción de los tipos penales de esta matriz jurídica con el Código de 1995.
Transcurridos tantos años hemos de constatar que la situación está lejos de erradicarse. Solo hay que escuchar los gritos racistas las gradas ultras, asomarse a la violencia en aledaños de los estadios de fútbol y observar las redes sociales, su gran altavoz, para comprobar su discurso de odio.
No obstante ha habido cambios de actitud social, mejoras legislativas, de acción policial y judicial, de denuncia en los medios comunicación, pese a la persistencia de conductas de intolerancia y violencia, y si hay que poner una fecha en donde radica el inicio de esa mejora hay que situarla en el fatídico día del 8 de diciembre de 1998, una noche en la que era asesinado el joven donostiarra y seguidor de la Real Sociedad, Aitor Zabaleta, un crimen que conmocionó a toda España y que hoy, especialmente el mundo del futbol y su equipo, le recuerda
Aitor Zabaleta, moría asesinado de una puñalada en el corazón que le había asestado un neonazi, Ricardo Guerra, tras ser rodeado por un grupo de cuatro en el marco de una emboscada contra los donostiarras organizada por el grupo ultra Bastión.