La banda incrementa su actividad durante la pandemia del coronavirus
J.M. ZULOAGA. LA RAZÓN.- Quienes pensaron que ISIS (Daesh, Estado Islámico) iba aquedarse a la expectativa por la pandemia del coronavirus, se equivocaron. Siguen con su estela de muerte y destrucción; y esta misma noche informaban, a través de su agencia Amaq, que habían atacado una población en Mozambique y habían destruido las casas de los cristianos.
El ataque, según los terroristas, se produjo en la aldea de Miguelwe, en el distrito Muedumbi de la provincia de Cabo Delgado, en el noreste del país.
Mozambique, según coinciden en señalar los expertos en la materia, es uno de los países africanos en los que el yihadismo está creciendo de una forma exponencial. Se dedican a la captación de jóvenes a los que no ofrecen otra alternativa que el fusil o la muerte. Y han tomado a los cristianos como objetivo preferente para tratar de erradicarlos dentro del proceso de islamización que han emprendido.
ISIS prodiga sus atentados y los narra con todo tipo de detalle. La banda yihadista, por la fanatización de sus miembros, está obsesionada con los templos católicos y con las posesiones de sus fieles, a los que no dudan en asesinar en cuanto se presenta la ocasión. Para ellos, los cristianos son “burros” y frente a lo fuertes e inteligentes que son los musulmanes.
Estos atentados se producen en un momento en el que las dos últimas operaciones contra Daesh en España, en Almería y Barcelona, son vistas con preocupación en algunos medios internacionales (en los que se alaba la eficacia de las Fuerzas de Seguridad) ya que se producen en un país europeo de mayoría católica. Es verdad, que los detenidos de la capital andaluza, entre los que había un peligroso FTF (combatiente extranjero en Daesh) podían estar de paso (o no), mientras que el de la Ciudad Condal, profundamente radicalizado estaba dispuesto a matar “infieles” en cualquier momento.