El fundador y líder de Amanecer Dorado niega el Holocausto y las cámaras de gas y es partidario de minar las fronteras de Grecia para evitar la entrada de refugiados
EL PERIÓDICO.- Nikolas Mijaloliakos lleva odiando a los que no son de su condición, un griego intenso y puro, desde que era adolescente, cuando empezó a militar en grupos de extrema derecha. Pronto abrazó la ideología neonazi. Es un ferviente antisemita que niega el Holocausto y la existencia de las cámaras de gas. Admira a Adolf Hitler. Y también un más que entusiasta defensor de las políticas antiimnigración. Si por él fuera sembraría las fronteras de Grecia de minas.
El extremismo y el carácter exaltado le han acompañado siempre y como suele ocurrir con este tipo de personajes, de perfil violento, ha pasado por la cárcel en diferentes partes de su vida. La última en el 2013, tras el asesinato por parte de miembros de Amanecer Dorado, del rapero Pavlos Fyssas, en septiembre de ese mismo año.
Mijaloliakos, supo en su día aprovechar el descontento generado por las políticas de austeridad impuestas por la Troika y aplicadas a Grecia tras la crisis del 2008. El discurso populista y ultranacionalista le hizo ganar adeptos a Amanecer Dorado, partido que fundó en los años ochenta. “Solo los arios de sangre y los descendientes de los griegos pueden ser candidatos a entrar en el partido”, dijo en una ocasión
Saludo nazi
En el 2010 se hizo con un puesto en el Ayuntamiento de Atenas. Tomo notoriedad internacional cuando hizo el saludo nazi, brazo en alto, frente al resto de los concejales una vez entró al consistorio rodeado de matones. Dos años más tarde, el partido logró el 6.9% de los votos en las elecciones legislativas, lo que le permitió entrar en el Parlamento junto a veinte diputados más. El asesinato del Fyssas y la violencia desatada por sus seguidores contra los refugiados hizo que Amanecer Dorado desapareciera del arco parlamentario en las elecciones del 2019.