Neonazis en el fútbol español

| 18 diciembre, 2014

El homicidio de ‘Jimmy’ el 30 de noviembre es el último episodio de violencia provocado por grupos de extrema derecha vinculados al fútbol.

FAJORGE GÓMEZ. DIAGONAL.- Sábado, 22 de noviembre de 2014. En el Vicente Calderón se disputa el partido de Liga que enfrenta al Atlético de Madrid y al Málaga. Las crónicas de aquel día en los diarios deportivos reflejan la contundencia de los locales a balón parado y la solidez defensiva del último campeón de la competición. Ninguna recoge la exhibición de una pancarta desde el Fondo Sur del estadio, donde se ubica el Frente Atlético, que reza “Eterno atlético, eterno camarada. Andoni D.E.P.” en letras blancas sobre fondo rojo. ¿Quién era el protagonista de aquellas emotivas palabras? La respuesta la encontramos en el Hogar Social Zaragoza, edificio ocupado por el partido político de extrema derecha Movimiento Social Republicano (MSR) en el mes de junio y que, a día de hoy, no ha sido desalojado como sí sucediese con el Ramiro Ledesma en Madrid. En el perfil público del edificio ocupado anunciaron que el 14 de noviembre fallecía Andoni Gómez, “miembro del Hogar Social, que ayudó en lo que le dejó su estado de salud”. Él era el “camarada” homenajeado desde la grada del Vicente Calderón. Apenas una semana después, presuntos miembros del Frente Atlético asesinaron a Francisco Javier Ro­mero Taboada, un seguidor del De­por­tivo de La Coruña, equipo al que se enfrentaba el Atlético de Madrid aquel 30 de noviembre. ‘Jimmy’, como era conocido entre los suyos, se había visto envuelto en la pelea que enfrentó a miembros del grupo rojiblanco de ideología neonazi con los ultras del Dépor, los Riazor Blues. Tras recibir una paliza fue arrojado al río Manzanares, donde permaneció media hora sin recibir ayuda pese a la presencia de al menos un agente de la Policía Muni­cipal. Horas más tarde se certificaba su fallecimiento, producido según la autopsia por un “trauma­tismo cra­neo­encefálico posiblemente con barra de hierro de 2,5 centímetros de grosor”. El grupo gallego, considerado uno de los colectivos ultras de izquierdas más importantes a nivel estatal, detalló en un comunicado haber sido “objeto de una salvaje y criminal emboscada de características evidentemente neonazis”.

Historial del Frente Atlético

El asesinato de Jimmy no es el único que carga sobre un Frente Atlético que en ningún momento ha condenado de forma pública lo sucedido. En 1998, el aficionado de la Real Sociedad Aitor Zabaleta perdía la vida tras una puñalada asestada por Ricardo Guerra, integrante de la facción Bastión 1903, que formaba parte del Frente y que contaba con miembros de los movimientos neonazis TNT y Bases Autónomas. Con­denado a 17 años de prisión, Guerra también fue protagonista de pancartas desde el Fondo Sur del Calderón en las que se pedía su libertad. El mismo mensaje se ha dejado ver en otras ocasiones, en referencia a otro simpatizante ideológico como Josué Estébanez, militar que asesinó el 11 de noviembre de 2007 a Carlos Palomino en un vagón del Metro de Madrid. El club sí ha procedido a retirar pancartas en otras ocasiones, como en 2009, cuando se obligó a quitar un rótulo exhibido en el tercer anfiteatro por la Asociación Señales de Humo en el que se leía “No al racismo”. Además de obligar a retirar el cartel, el club se lo entregó a miembros del Frente Atlético, que lo hicieron desaparecer. ¿Por qué no actuó la seguridad del club para retirar estas pancartas? Desde el club madrileño no han querido contestar a este medio.

La grada del estadio rojiblanco no ha sido la única en la que se han mostrado en los últimos años pancartas de apoyo a condenados por asesinato. En septiembre de 2009, semanas antes de conocerse la condena a 26 años de cárcel para el asesino de Palomino, en la grada de Mestalla donde se sitúa el grupo Ultra Yomus se podía ver el mensaje “Josué libertad”. Creado hace más de 30 años, este colectivo también se sitúa en el espectro de la extrema derecha. En su historial no faltan incidentes por motivos ideológicos y agresiones. Entre ellos encontramos la condena a dos y tres años de cárcel a dos de sus miembros por el apuñalamiento de un joven de izquierdas en una pelea en la capital levantina en 2008. “Los inculpados son conocidos por moverse en el entorno neonazi”, confirmó un agente de la Policía durante la vista por estos sucesos. Dos décadas antes, el 11 de abril de 1993, moría asesinado el joven militante de izquierdas Guillem Agulló. Fue el ultraderechista Pedro Cuevas quien acabó con su vida y fue condenado por ello a 14 años de cárcel, de los que sólo cumplió cuatro. Un mes después del crimen, en un partido de Copa disputado por el Valencia en Albacete, miembros de la peña Yomus exhibían una escalofriante pancarta: “Guillem, jódete”.

La violencia por motivos ideológicos, racistas, xenófobos u homófobos ha sido denominador común en el resto de grupos ultras de extrema derecha que se esparcen por buen número de estadios de Primera, Segunda División y Segunda B. Durante lustros, uno de los referentes de estos grupos han sido los Ultras Sur, seguidores neonazis del Real Madrid. Tras ellos, un ingente historial de agresiones y todo tipo de incidentes violentos siempre con su ideología por bandera. En los últimos años, desde la directiva del club se ha afirmado que el grupo ha sido ex­pulsado de la grada del Santiago Bernabéu, pero tan sólo 30 de sus integrantes han visto prohibida su entrada al recinto. Otros 260 han sido dispersados por el estadio y algunos de ellos se encuentran en la actual grada de animación trasladada al tercer anfiteatro. Una medida algo más contundente en esta misma línea se dio en los últimos años de Joan Laporta en la presidencia del Fútbol Club Barcelona con el grupo –también ubicado en la derecha ideológica– Boixos Nois.

Hacer manitas bajo la mesa

No son pocos quienes consideran esta política, promovida por Laporta y Florentino Pérez, como un mero lavado de imagen. La hemeroteca deja perlas que ilustran la buena relación de las directivas, jugadores y medios afines con algunos de estos grupos. Varias imágenes muestran al actual entrenador del conjunto azulgrana y a otras figuras, como el expresidente del club Sandro Rosell, con simbología de los Boixos. Distintos jugadores de su eterno rival han posado orgullosos con parafernalia de Ultras Sur y con algunos de sus miembros. Raúl, Guti, Casillas y más recientemente Isco o Carvajal han protagonizado estas polémicas fotografías. Más explícita fue la aceptación en 2013, por parte del exentrenador José Mourinho, de una placa homenaje concedida por Ultras Sur. Jugadores del Atlético de Madrid, como el vallecano Koke o su capitán Gabi, han aparecido con bufandas del Frente Atlético, grupo afín en ideología a algunos futbolistas como el excolchonero Salva Ballesta, quien aseguró en 2007 que respetaba más a una “caca de perro” que a su compañero de profesión Oleguer Presas. El motivo: un artículo que éste escribió sobre la huelga de hambre del preso de ETA De Juana Chaos. El jugador, ya retirado, nunca ha ocultado su simpatía por la derecha y ha reconocido su admiración por los pilotos Joaquín García-Maroto,que combatió en el bando franquista durante la Guerra Civil y fue homenajeado a título póstumo por Franco, y Hans-Ulrich Rudel, de la Alemania nazi. Cuesta encontrar en el mundo del fútbol a deportistas que hayan condenado sin tapujos la exhibición de símbolos nazis o franquistas en los estadios. Una de las más conocidas la protagonizó el holandés Guus Hiddink, entrenador del Valencia en las temporadas 91-92 y 93-94, en febrero de 1992, pocos meses antes del asesinato de la dominicana Lucrecia Pérez a manos de un grupo neonazi. El técnico holandés solicitó a un empleado del club la retirada de una bandera con una esvástica en la grada. “Es malo permanecer pasivos. Como persona, quiero tomar partido y lo rechazo”, aseguró Hiddink. Mientras, Arturo Tuzón, presidente del club, quiso quitar importancia e incluso negar la presencia de la esvástica. “Es imposible. ¿Cómo puede estar pendiente el preparador de lo que sucede en las gradas? Su trabajo está sobre el césped. Me parece una tontería”, afirmó el dirigente.

Presidentes, jugadores y entrenadores han preferido mirar hacia otro lado ante estas situaciones, como evidencian las últimas declaraciones del actual entrenador del Atlético de Madrid. Interpelado por los graves sucesos protagonizados por el grupo ultra que cada partido corea su nombre, Diego Pablo Sime­one se ha limitado a condenar la violencia y a pedir a los políticos que resuelvan el asunto, ya que “los entrenadores están para entrenar”. Esta falta de gestos públicos más críticos ha acabado por allanar el terreno a unos grupos infiltrados en colectivos de animación. Sólo así se entiende que el Frente Atlético, dos semanas después del asesinato de Jimmy, sea capaz de lanzar un comunicado en el que sigue sin condenar el homicidio y además reprochen a la plantilla “que tanto se ha significado con nosotros, no darnos una muestra de apoyo pública”. Quizá se les escape, pero en muchas ocasiones el silencio es una muestra más de complicidad.

Privilegios en los estadios

Brigadas Blanquiazules (Espanyol), Supporters Sur (Betis), Frente Bokerón (Málaga), Ultra Boys (Sporting de Gijón), Jove Elx (Elche), Brigadas Blanquiverdes (Córdoba), Ligallo Fondo Norte (Zaragoza), Frente Onuba (Recreativo de Huelva), Ultras Violetas (Valladolid) o Comandos Azules (Getafe) son algunos de los grupos más conocidos que han exhibido simbología de ideología de extrema derecha en partidos de fútbol. Son muchas las acusaciones a diferentes directivas de estar en relación directa con este tipo de ultras, por medio del regalo de entradas y el permiso para instalar puestos de merchandising en los estadios.

Un ex de Fuerza Nueva en la cúpula de la liga

El periodista de La Marea Antonio Maestre ha desarrollado una intensa labor de hemeroteca para mostrar el pasado de dos figuras protagonistas del fútbol español: José María del Nido, expresidente del Sevilla, y Javier Tebas, actual presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP). Del Nido militó en Fuerza Nueva, partido de extrema derecha de la Transición liderado por Blas Piñar, y estuvo relacionado en el pasado en un delito de lesiones contra un sindicalista durante una manifestación en Sevilla. Del Nido fue condenado en diciembre de 2013 por un delito continuado de malversación en el llamado caso Minutas. Javier Tebas, que impulsó el movimiento de presidentes de clubes para solicitar el indulto de Del Nido –que sólo dejaron de firmar cuatro clubes–, fue militante de Fuerza Joven Aragón, sección juvenil de Fuerza Nueva. Tras el asesinato de ‘Jimmy’ por el Frente Atlético, Tebas rechazó que se guardase un minuto de silencio en los estadios de la liga con el argumento de que “Si [Jimmy] hubiera sido un aficionado normal se habría suspendido la jornada”.

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