El Debate.- Docentes y estudiantes hablan de un clima antisemita sin precedentes en el ámbito académico y universitario, además de estigmatizante hacia todo lo que tenga que ver con Israel o el sionismo
Integrada por alrededor de 60 docentes, investigadores, doctorandos, estudiantes de universidades y centros de investigación en diferentes provincias de España, se ha constituido la primera Red Académica Contra el Antisemitismo con el propósito de combatir el pensamiento único en los espacios universitarios, que tiende a colocar a Israel y al pueblo judío en el centro de todos los males.
Desde la publicación de su primer comunicado la semana pasada no han hecho más que sumarse nuevos miembros judíos y no judíos, que buscan bajo el paraguas de esta Red compartir sus experiencias bajo un ambiente que califican de «hostil e instigador» y analizar la manera de continuar con su labor para que las universidades continúen siendo espacios de diálogo y libertad de cátedra.
Aunque la iniciativa lleva varios meses en marcha, su nacimiento como tal ha cobrado una urgencia y necesidad inusitadas a la luz de las recientes acampadas universitarias en varias ciudades españolas de carácter anti-israelí, siguiendo el ejemplo de las protestas en Estados Unidos y otros países europeos.
«La red surge hace meses, a raíz de los sucesos del 7 de octubre, pero nos llevó algo de tiempo consensuar un comunicado conjunto», explicó a El Debate, Alejandro Baer, uno de sus integrantes, sociólogo investigador en el CSIC y especialista en Memoria, Violencia y Estudios Judíos Contemporáneos.
El pronunciamiento de la Junta Rectora de la Conferencia de Rectores y Rectoras de las Universidades Españolas (CRUE) sobre la situación en Gaza, que se vino a sumar a comunicados de departamentos, juntas de facultad, organizaciones de estudiantes y sindicatos en los últimos meses, impulsaron el nacimiento de esta iniciativa.
«Los comunicados institucionales reflejan que Hamás no existe prácticamente y niegan la violencia terrorista. Presentan a los palestinos sin capacidad de agencia, decisión, ni liderazgo, son puras víctimas. Pero también muestran un desconocimiento profundo de la realidad política israelí», cuestiona Baer al recordar que las universidades israelíes son conocidas como centros de pensamiento muy crítico, entre otras cosas, con el Gobierno.
Clima de hostilidad sin precedentes
Docentes y estudiantes hablan de un clima antisemita sin precedentes en el ámbito académico y universitario, además de estigmatizante hacia todo lo que tenga que ver con Israel, el sionismo o incluso el análisis del conflicto entre israelíes y palestinos que no tenga un sesgo claramente anti-israelí.
«Supongo que en muchos de los colegas no hay una intención antisemita, pero claramente lo que están haciendo es contribuir a un momento antisemita a través de estos discursos maniqueos, la omisión y distorsión de información, del Holocausto y la memoria», recalca el investigador.
Y califica el ambiente de «irrespirable y hostil» para académicos israelíes y judíos, al igual que para muchos otros que no comparten «esa narrativa tan radicalizada».
Entre los objetivos que está cumpliendo la Red, figura el poner en contacto a profesores, académicos y alumnos aislados en sus respectivos centros, especialmente fuera de Madrid y Barcelona. Sus miembros se reúnen periódicamente y analizan vías para denunciar los casos de acoso, hostigamiento y censura.
En las universidades españolas se ha llegado a un punto en que los actos relacionados con Israel o que cuenten entre sus panelistas con invitados israelíes se han convertido en «problemáticos» y conllevan el poner en riesgo la seguridad de los ponentes o del evento mismo. Como ejemplo, lo ocurrido el año pasado en la Facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid, donde se produjeron disturbios durante una conferencia a la que asistió la embajadora de Israel, Rodica Radian-Gordon.
Conscientes de que cualquier debate acerca del conflicto en Oriente Medio que no pase por una visión pro-palestina generará contestación, los docentes e investigadores han dejado de invitar a ponentes israelíes a mesas redondas, conferencias y actos académicos y si se llegan a convocar, lo hacen de forma limitada.
«Muchos de nosotros lo que decidimos es no hacer demasiada publicidad de estos actos, solo por invitaciones individuales o no hacerlas ante esta situación de intimidación», añade Baer.
Señalamientos antisemitas
Laura Miró, doctorante en la Universidad de las Islas Baleares con una tesis sobre antisemitismo en Mallorca, ha sido blanco de todas las dianas en redes y entornos estudiantiles que han pedido al centro académico la expulsión de los «alumnos sionistas».
«Estamos ante un panorama completamente politizado. Incluso la gente que demuestra algo de apoyo o se posicionó (a favor de Israel) el 7 de octubre y denunció los atentados está sufriendo este acoso», manifestó Miró.
Aunque la Universidad le aseguró que no se podían tolerar estas actuaciones, la investigadora se pregunta: «¿Cómo da cabida a esta organización para hacer una conferencia cuyo contenido fue señalarme a mí y decir lindezas como que el Holocausto era una justificación que usaba Israel para hacer otro genocidio?», se preguntó indignada.
Ese señalamiento, asume, fue la consecuencia de una mayor actividad en redes sociales a partir del 7 de octubre: «Vas contracorriente, todo el mundo está por la causa palestina en las universidades y tú eres el bicho raro».
Pero a renglón seguido, asegura que «no tiene ningún sentido hacer una tesis doctoral sobre antisemitismo y estar en un momento histórico donde vemos antisemitismo flagrante y no manifestarme».
La Red Académica contra el Antisemitismo cuenta con miembros de la Universidad Complutense de Madrid, el CSIC, la UNED, la Universidad de Granada, la Universitat de Barcelona, la de Santiago de Compostela, la Europea Miguel de Cervantes, la Universitat de València, la Universidad Católica de Valencia, la Pontificia de Comillas, la Oberta de Catalunya, la de las Islas Baleares, la Universidade Nova de Lisboa, la Universitat Rovira i Virgili y la Politécnica de Valencia.
Preocupación de la Federación de Comunidades Judías
La Federación de Comunidades Judías de España trasladó el lunes al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, su preocupación por el «grave» aumento del antisemitismo que se manifiesta en centros escolares, universitarios y medios de comunicación.
ElObservatorio para la Libertad Religiosa y de Conciencia publicó el mes pasado un informe que revelaba que seis meses después de los atentados de Hamás se habían registrado en España cerca de 40 ataques antisemitas en diferentes puntos del territorio nacional, especialmente en Madrid, Cataluña y Melilla.
Las comunidades judías, no obstante, aseguran que son muchas más las agresiones y hostigamiento que sufren sus miembros en España, que no son reportadas en lo que consideran una ola de antisemitismo nunca vista en la historia democrática reciente.