Los musulmanes españoles han constatado en el año 2017 «limitaciones» a su derecho a la libertad religiosa en colegios, cuarteles militares, a la hora de realizar un enterramiento, abrir una mezquita o usar el nicab por parte de las ciudadanas musulmanas, según se desprende del Informe anual 2017 sobre la situación del ciudadano musulmán y la islamofobia en España, elaborado por la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE) y el Observatorio Andalusí.
MADRID, 19 (EUROPA PRESS). Los musulmanes españoles han constatado en el año 2017 «limitaciones» a su derecho a la libertad religiosa en colegios, cuarteles militares, a la hora de realizar un enterramiento, abrir una mezquita o usar el nicab por parte de las ciudadanas musulmanas, según se desprende del Informe anual 2017 sobre la situación del ciudadano musulmán y la islamofobia en España, elaborado por la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE) y el Observatorio Andalusí.
En concreto, el informe, al que ha tenido acceso Europa Press, señala que los hijos de musulmanes «continúan sin tener los mismos derechos que sus compañeros de clase católicos en los colegios e institutos públicos y concertados». En concreto, de los datos se desprende que hay 61 profesores contratados en toda España para todo el alumnado musulmán, que calculan en 308.767 niños y jóvenes; y añaden que «muchos» centros no ofertan la enseñanza religiosa islámica.
«Los pocos profesores de religión no católica contratados, son un mínimo para aparentar libertad religiosa, pero en absoluto pensado para cubrir la demanda por algunas administraciones educativas», subrayan los autores del estudio.
Sobre la asistencia religiosa a militares, la UCIDE y el Observatorio Andalusí ponen de manifiesto que hay militares musulmanes que actualmente deben «rezar en ocultación por temor a consecuencias». Pese a que existen cuarteles militares con «más de la mitad de su personal que profesa la religión islámica», indican que «solo se prestan servicios religiosos católicos, con una claradiferenciación y posicionamiento confesional».
Además, denuncian que tampoco pueden enterrar a sus fallecidos «con normalidad» pues quedan «muchísimos» municipios sin cubrir este servicio fúnebre; y ponen de manifiesto las «polémicas, hostilidad, oposición y trabas» que surgen cuando los musulmanes quieren abrir un templo: «exigencia de aforo, de aparcamientos o el destierro al extrarradio».
Asimismo, denuncian intentos de «prohibir la libertad de movimientos» a mujeres con nicab –velo que solo deja al descubierto los ojos–. Según precisan los autores del informe, estas musulmanas visten así porque «toman los hábitos de semiclausura» y piden que se respete su «elección» así como se hace con «la clausura de las religiosas católicas».
LA SOCIEDAD «ACEPTA» LA PRESENCIA MUSULMANA
En cualquier caso, la UCIDE y el Observatorio Andalusí concluyen que, en general, la sociedad española «acepta la presencia musulmana en su entorno con normalidad ciudadana», aunque permanezca «un pequeño porcentaje, variable según localidad, a quienes no les gusta su visibilidad». También observan que de forma «esporádica» surge una «propaganda» para crear «mala imagen» del Islam y «alarma social».
Igualmente, muestran su rechazo al uso de términos como «yihadista» para referirse al terrorismo (pues precisan que el sentido original de ‘yihad’ es esfuerzo de superación); o «salafista» que se refiere, según explican, a quienes «toman como ejemplo a los primeros discípulos y primeras comunidades religiosas» del Islam.
Los musulmanes españoles consideran que aún «queda un trabajo importante por hacer de cara a la normalización de los muslimes en la sociedad española», una tarea en la que reconocen que «se van implicando más los poderes públicos de una manera real y práctica con mayor voluntad política» aunque «hasta un cierto límite».