La anciana ha sido condenada a una multa de 500 euros por «insultar a un grupo» y tendrá que compensar con 350 a la joven musulmana
IMANE RACHIDI. EL MUNDO.- El aumento de la islamofobia en Holanda durante el último año no es ya ningún secreto. Son múltiples los ataques, insultos o situación discriminatorias que han ido teniendo lugar estos meses y que contradicen la tradicional tolerancia de la que este país siempre ha estado tan orgulloso. El último incidente lo ha protagonizado una mujer de 72 años que ha intentado arrancarle el velo a una joven musulmana en plena calle.
La víctima estaba sentada esperando en una parada de autobús cuando la septuagenaria, que circulaba en su bicicleta, la vio y empezó a lanzarle insultos, culpándola de los ataques terroristas registrados el pasado marzo en Bruselas. Se bajó e intentó arrancarle el velo que cubría su cabeza usando la fuerza e iniciando una reyerta en plena calle. La holandesa protagonizó un acto de racismo, según la justicia de Zutphen, en la provincia de Güeldres, que la ha condenado por ese suceso.
Tras abordar a la joven, comenzó a empujarla y tirar de su pañuelo, hasta que llegó un hombre que logró separarlas a ambas. La víctima tuvo tiempo de accionar la cámara del móvil que le permitió grabar parte de los insultos, el altercado al completo y especialmente el rostro de su agresora, lo que le sirvió como prueba incriminatoria ante el juez. La anciana ha sido condenada a una multa de 500 euros por «insultar a un grupo», 200 euros por su libertad condicional, y tendrá que pagar también 350 euros como compensación a la joven musulmana.
Este no es el único suceso racista de esta semana. La compañía PostNL, el servicio postal holandés, tuvo que despedir «con efecto inmediato» a uno de sus conductores por un mensaje de Facebook en el que alabó el atentado de Estambul, en Turquía, de este fin de semana. «Es una lástima que solo hubiera 29 muertos, debería haber habido muchos más. Por lo menos, los 29 ya no vendrán aquí. Muy bien», escribió el trabajador, en referencia al doble atentado que dejó al menos 38 muertos y 155 heridos la noche del pasado sábado.
El comentario recibió una oleada de reacciones de indignación de varios usuarios, lo que llevó a la empresa a hacer público el despido en las redes sociales, distanciándose oficialmente de las afirmaciones del empleado. Son «declaraciones inaceptables que no encajan» con PostNL, lamentaron, para anunciar que prescinden del conductor.
Estos sucesos llegan tan solo unos días después de la condena por incitación a la discriminación al líder de la ultraderecha holandesa, Geert Wilders, conocido por sus declaraciones contra el islam y la inmigración. Wilders pidió en público reducir la cantidad de los marroquíes «criminales» en Holanda, dejando abiertas sus palabras a interpretaciones: insultaba a toda una comunidad o pedía la expulsión de las personas con antecedes penales. La justicia decidió que sí, aunque le absolvió de los cargos por incitación al odio.