Los homenajes y exaltación de los fascistas españoles combatientes de la División Azul, generan de nuevo indignación y malestar entre partidos democráticos, entidades y asociaciones cívicas, y más cuando en estos actos participa personal militar en activo, uniformado y en ocasiones armado.
JOAN CANTARERO. PÚBLICO.- Esteban Ibarra, presidente del Movimiento Contra la Intolerancia recuerda que “el régimen nazi fue condenado en Núremberg y calificado de “estado criminal” y homenajear sus actos y acciones supone de facto un atentado a la memoria de las víctimas del genocidio y el Holocausto. El mundo entero no ha olvidado el drama del nazismo. Y Alemania y Austria son especialmente beligerantes con aquellos que pretenden revivirlo”.
Pero la realidad en España es bien diferente a la del resto de Europa. Un capellán militar en activo oficiará el próximo sábado en Alicante una misa en memoria de los combatientes de la División Azul que, en su “cruzada contra el comunismo” junto al ejército nazi, fueron derrotados por los soviéticos hace 72 años en Leningrado, en plena II Guerra Mundial.
Estas celebraciones se han convertido en algo habitual tanto durante la dictadura franquista como a lo largo de lo que llevamos de democracia, trasladando a la sociedad el convencimiento de que aún todavía hay instituciones del Estado que han heredado intactos tics de épocas pasadas que ya deberían haber abolido.
Es en estas fechas cuando los actos de exaltación de “las gestas gloriosas” de los españoles que quisieron combatir como voluntarios junto a los nazis, se repiten. La derrota en la batalla de Krasny Bor, a las afueras de Leningrado (actual San Petersburgo) es la excusa para el encuentro de nostálgicos que rememoran aquellos días de febrero de 1943 formando parte de la 250 División de voluntarios fascistas españoles, a las órdenes del general Muñoz Grandes. Un cuerpo de ejército de 50.000 hombres integrados como una unidad más de las tropas de Adolf Hitler, que serían aplastadas por el Ejército Rojo en una muy cruenta batalla de dos días en pleno invierno en la estepa rusa.
En la edición de 2014 se contó con la presencia de cuatro legionarios uniformados y armados junto al altar durante el oficio.
Cada año la Hermandad de Excombatientes y la Fundación de la División Azul convocan jornadas en las que rinden homenaje a estos soldados, que consideraban necesario agradecer a los nazis su inestimable apoyo al golpe de Estado contra la II República española de 1936, y en especial por los servicios prestados por la Legión Cóndor, cuyos bombardeos sobre la población civil española causaron terroríficas matanzas de civiles, contribuyendo de manera notable al triunfo del ejército nacional capitaneados por el general Franco.
Misa con capellán castrense
La jornada programada para la mañana del sábado comienza con una misa “por todos los caídos y fallecidos” en la Parroquia San Juan de Ávila, de la ciudad de Alicante, que será oficiada en principio por el capellán castrense de un acuartelamiento militar, como ya sucediera el pasado año según ha podido saber Público. En la edición de 2014 se contó con la presencia de cuatro legionarios uniformados y armados junto al altar durante el oficio.
Tras la misa habrá una conferencia y exposición sobre la batalla de Krasny Bor en un restaurante de Alicante, seguida de una comida.
En los foros de la División Azul recuerdan celebraciones anteriores a esas fechas, en concreto a 2012, donde recuerdan el entusiasmo del sacerdote a la hora de rememorar “las gestas heroicas de los combatientes”, a cuyo término la parroquia entera cantó el Himno de la División Azul y el “Cara al Sol”.
En la celebración del 71 aniversario de la batalla de Krasny Bor cuatro legionarios uniformados y armados custodiaron el altar durante la eucaristía, celebrada en la misma parroquia de San Juan de Ávila de Alicante, reservada para la ocasión. El oficio se celebra en sufragio de los “caídos en Rusia y de aquellos divisionarios fallecidos posteriormente”.
Divisionarios sobrevivientes de Rusia
Algunos supervivientes de la División Azul dejaron su impronta mucho después de la contienda bélica, ya en plena transición y en la democracia. La lista es larga y muchos de estos ocuparon lugares destacados en el poder postfranquista. Entre estos el general Armada, que fuera secretario general de la Casa Real, quien en 1981 participó activamente en el intento de Golpe de Estado del 23-F, y por el que sería condenado en Consejo de Guerra a 30 años de prisión, de los que apenas cumpliría 7.
Otros dos históricos de la División Azul también fallecidos dejaron su huella como criminales. Tales son los casos Leocadio Jiménez Carava, alias El Loco, fallecido en 1985, y Simón Ramón Fernandez Palacios, muerto en 1979. Estos dios individuos fueron condenados por la matanza de los abogados laboralistas de Atocha el 24 de enero de 1977, junto a Cerrá, Juliá y Lerdo de Tejada. Caravaca y Palacios fueron condenados a 4 años de prisión por suministrar las armas para llevar a cabo el asesinato de los letrados. Leocadio Jiménez Caravaca perteneció a la 250 División como miembro de intendencia.
Suspendido el homenaje de Barcelona
Para el sábado 14 estaba prevista la celebración de un homenaje de similares características en Barcelona, pero la presión ciudadana y política ha hecho desistir a los ex combatientes de su celebración.
La CUP de Sant Andreu de Palomar había reclamado al Ayuntamiento de Barcelona la prohibición de la misa y que se retirara la cesión de un local y del solar que la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios gestiona de manera temporal en los antiguos cuarteles de San Andrés, ahora propiedad del Consorcio de la Zona Franca.
Desde la Asociación de Vecinos de San Andrés de Palomar también se había exigido que no se hiciera el acto, ya que lo considera «un enaltecimiento del fascismo» y entendía que no debería tener lugar «ni en San Andrés ni en ninguna parte». La Asociación ha denunciado el caso a la Síndic de Greuges y a diferentes formaciones políticas, y ha añadido que considera «vergonzoso» que se hayan cedido equipamientos a esta asociación «al lado de una escuela».