SWI.- El Ministerio de Cultura de Perú defendió este lunes, con el argumento de que «las instituciones públicas son de todas y de todos los peruanos», una criticada reunión con un grupo ultraderechista conocido por acosar a medios de comunicación, periodistas, políticos opositores y a activistas.
«Escucharnos para dialogar no es claudicar a los fines institucionales», señaló un comunicado oficial de Cultura en respuesta a la polémica y las críticas desatadas tras la reunión con el grupo autodenominado La Resistencia, de parte de numerosos reporteros, medios de prensa e instituciones de la sociedad civil.
El comunicado señaló que la cita se desarrolló «en el marco de la estrategia «Perú sin racismo», a solicitud de esta asociación» que aseguró que se encuentra escrita oficialmente en la oficina de los Registros Públicos.
«Es necesario enfatizar que rechazamos de forma enérgica todo tipo de violencia, venga de donde venga, de persona natural u organización, y reafirmamos que la cultura es una vía que nos debe unir como hermanas y hermanos», acotó.
Tras conocerse este comunicado, la periodista Rosa María Palacios, quien fue acosada hace unos días en su domicilio por el grupo ultra, lo calificó en Twitter de «increíble» y anunció que saldrá a marchar «por una democracia donde el discurso de odio no sea el discurso que acoge el gobierno».
«Eso del ‘dialogo’ no se lo cree nadie. Soy víctima de hostigamiento y jamás he recibido su atención. Ni siquiera la de la Policía, que me corresponde como ciudadana. Mentirosos. El mensaje esta claro», enfatizó
Tras conocerse la reunión entre los representantes del Gobierno peruano y esta asociación, el Área de Seguridad Ciudadana de la organización Instituto de Defensa Legal (IDL) recordó que La Resistencia es «un grupo de derecha radical conocido no solo por ser abiertamente antiderechos (y hasta por atacar eventos culturales reiteradas veces), sino por ser paradójicamente discriminatorio».
Una de las últimas acciones de acoso a un medio de comunicación, la única actividad por la que es conocido el grupo extremista, se produjo el pasado 5 de mayo, cuando acosaron, lanzaron objetos y bolsas de basura a la sede del medio independiente IDL Reporteros, además de encender bengalas y lanzar fuegos artificiales para amedrentar a sus periodistas.
La escena se prolongó durante casi una hora, según pudo constatar EFE, que escuchó cómo sus miembros calificaban la agresión y el acoso como un «acto patriótico», frente a una decena aproximada de policías que no intervinieron en ningún momento.
La pasividad policial durante los actos de hostigamiento y acoso de La Resistencia es también habitual y las autoridades del Ejecutivo no han ofrecido hasta el momento una explicación por esta inacción.
Los integrantes de este grupo también han acosado a periodistas del canal público TVPerú, al director de IDL Reporteros, Gustavo Gorriti, así como a las máximas autoridades de organismos electorales como el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) y la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE).
En sus actos de acoso y ataques han proferido gritos antisemitas y racistas, en todos los casos ante la impasibilidad de la Policía y las autoridades.