Milicias supremacistas en Wisconsin: armados hasta los dientes a la caza de manifestantes

, , | 27 agosto, 2020

Las calles de EEUU vuelven a sufrir protestas violentas y saqueos de grupos que protestan por el racismo policial, mientras milicianos blancos con fusiles de asalto se enfrentan a los manifestantes

PABLO PARDO. EL MUNDO.- Cuando aparecieron los teléfonos móviles, hace dos décadas, nunca pensamos que nos fueran a permitir ver asesinatos en detalle. Hace tres meses vimos cómo George Floyd moría tras siete minutos y medio bajo las rodillas de un policía en Minneápolis. Ahora, podemos ver, cómo una persona recibe cuatro tiros a bocajarro y muere en la ciudad de Kenosha, en Wisconsin, en un vídeo que puede verse en esta misma noticia.

El vídeo fue grabado el miércoles a las 01.30 horas (local). El presunto asesino fue arrestado a la la tarde siguiente en el pueblo de Antioch, en el estado de Illinois. Se llama Kyle Rittenhouse, tiene 17 años, y ha sido formalmente acusado de asesinar a dos manifestantes en Kenosha. Rittenhouse se considera a sí mismo, según la prensa estadounidense, un miliciano, cuya misión es defender la propiedad privada de los manifestantes violentos y de los saqueadores.PUBLICIDADAds by Teads

En realidad, no pertenece a ninguna milicia. Claro que eso es poco significativo. En Estados Unidos hay decenas de milicias, es decir, de grupos armados, en su gran mayoría compuestos solo por personas blancas -aunque, con las tensiones raciales de los últimos meses, también las hay de negros- que suelen vestirse con ropas de camuflaje, armarse hasta los dientes y jugar a la guerra. Pero hay milicias que se crean y se desintegran en internet constantemente, usualmente bajo el paraguas de Facebook. La empresa propiedad de Mark Zuckerberg mantuvo en su plataforma la página de la autoproclamada milicia Guardianes de Kenosha, pese a las repetidas denuncias de los usuarios por su carácter violento, y solo la borró el miércoles, tras los dos asesinatos, según informaba ayer la web de tecnología ‘The Verge’.

«SÓLO NOS PUEDEN GANAR COMETIENDO FRAUDE»

Lo que sucedió esa noche puede ser un anticipo del 4 de noviembre. Manifestaciones violentas y saqueos de grupos que protestan por el racismo policial hacia las personas negras en Estados Unidos, y milicias blancas armadas con fusiles de asalto que se enfrentan a ellas. Ninguna de las dos partes, los demócratas ni los republicanos, aceptarían la legitimidad de una victoria de sus rivales en las elecciones, Joe Biden y Donald Trump.

En el caso de Trump, eso no es una suposición, sino, simplemente, algo que él ha dicho. El jueves de la semana pasada, la portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, se negó a confirmar que Trump vaya a aceptar el resultado de las urnas. «El presidente siempre ha dicho que verá lo que pasa y que tomará una decisión a continuación». El lunes, en la Convención del Partido Republicano, Trump dijo que «la única manera en la que nos pueden ganar es cometiendo fraude».

Ahora, imaginemos que el 4 de noviembre no se sabe quién ha ganado las elecciones. Que en varios estados hay recuentos porque el resultado ha sido demasiado ajustado como definir un vencedor definitivo. Que quedan millones de votos enviados por correo sin contar. Y que hay testimonios de personas que dicen que no pudieron ejercer su derecho al voto por el desmantelamiento de Correos ordenado por el Gobierno desde mediados de junio. Y que Tucker Carlosn, el comentarista con más audiencia de la cadena de televisión Fox News repita lo que dijo ayer para exculpar a Rittenhouse de sus dos presuntos asesinatos: «¿Cómo es que nos sorprende que chicos de 17 años con rifles decidan mantener ellos el orden cuando nadie más puede?».

La aparición de las milicias frente a las manifestaciones de los simpatizantes del movimiento Las Vidas Negras Importan (Black Lives Matter, o BLM) no es nueva. En mayo, miembros de esos grupos armados entraron en el Congreso del estado de Pennsylvania, en la ciudad de Philadelphia. En junio, a lo largo y ancho de Estados Unidos, hombres blancos armados, hicieron su aparición junto a manifestaciones de BLM. Anteayer, un grupo de milicianos, esta vez sin armas, tomó al asalto el Senado del estado de Idaho, y saqueó varias oficinas. Solo al día siguiente, Facebook echó abajo las webs de varias milicias de la región, entre ellas Real 3%ers of Idaho, Kootenay Country Lightfoot Militia, Light Foot Militia, Oath Keeper of Kootenai County, y Oath Keepers of Bonner County.

CONSPIRACIÓN Y MILICIAS

EEUU es un país con propensión a las teorías conspiratorias -la última, QAnon, apoyada por la Casa Blanca y varios prominentes republicanos, sostiene que Trump lucha en solitario contra una red de pederastas que controla el mundo-, y cuyos habitantes (330 millones) tienen tantas armas que el resto de los seres humanos juntos (7.264 millones), así que las milicias son un fenómeno muy característico. Las hay de todo tipo y en todas partes, aunque en general tienden a ser nacionalistas -o ultranacionalistas- y más numerosas en el noroeste del país, en una franja de tierra formada por los estados de Idaho, Washington, Oregón, y Montana. De hecho, en Idaho -un estado con una considerable porcentaje de población de origen vasco- controlan parte del territorio, y hay determinados desfiladeros, especialmente en el remoto condado de Kootenay, en la frontera con Canadá, donde no se recomienda la entrada a los forasteros.

Su grado de agresividad es, también, variable. Las más peligrosas son los 3%ers, o sea, ‘Los del 3%’, que toman su nombre de la idea de que bastará una rebelión del 3% de los estadounidenses para devolver a ese país a su pureza original. Muchos 3%ers son autodenominados ‘Ciudadanos Soberanos’, que no reconocen otra autoridad por encima de la del sheriff del condado, si bien estos últimos son más individualistas y tienden a hacer la guerra -a veces en el sentido literal- por libre.

Porque de guerra es de lo que se trata. Timothy McVeigh, que mató a 168 personas al volar por los aires un edificio del Estado federal en Oklahoma en 1995 para así demostrar su rechazo al Gobierno de Washington, estaba vinculado a una milicia de Míchigan. Las presidencias de los demócratas Bill Clinton y Barack Obama dispararon estos movimientos, por el presunto «socialismo» de ambos políticos, un sentimiento a menudo azuzado por la retórica de la oposición republicana, que ahora está promoviendo la conspiración de QAnon.

Si se suma la violencia de parte del BLM a la de estos grupos, sale un cóctel, literalmente, explosivo. Y muy estadounidense. Ambos son movimientos sin líderes, sin ideologías definidas, y sin programas de gobierno, pero con enemigos muy claros. En estas elecciones, con la retórica de Trump, por un lado, y la de BLM -al que apoya una parte del Partido Demócrata-, por otro, el riesgo de violencia es muy real. Existe el peligro de que el 4 de noviembre veamos más muertes grabadas desde un teléfono móvil.

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