El País.- Aunque han pasado casi 10 días desde la entrega de los premios Oscar, los galardones y su universo siguen coleando con fuerza en Hollywood. Es el caso del discurso que Jonathan Glazer realizó la noche de los galardones, cuando su película La zona de interés ganó el premio como mejor filme internacional (categoría donde competía contra la española La sociedad de la nieve, de Juan Antonio Bayona, entre otras) por su durísimo retrato del campo de concentración de Auschwitz. El cineasta, británico y judío, levantó la voz en una gala hasta el momento blanca y cargada de chistes sencillos para hablar acerca del conflicto entre Israel y Gaza, en la única alusión al mismo de la noche. Sin embargo, parece que dichas palabras no han sentado nada bien en la judía y muy conservadora Hollywood. Hasta el momento, alrededor de mil nombres de la cultura angelina han firmado una misiva en la que se quejan de lo dicho por Glazer.
El medio especializado en industria audiovisual Variety ha tenido acceso a la carta, que inicialmente firmaban 450 personas y que el martes por la tarde ya iba por mil, y en la que hay desde actores como Debra Messing, Jennifer Jason Leigh, Michael Rapaport, Eli Roth y Julianna Margulies (que en diciembre pasó por una polémica al tener que disculparse por haber ofendido a comunidades negras y LGTB al acusarlas de antisemitismo en un pódcast) a directores como Rod Lurie (The Outpost), creadores como Amy Sherman-Palladino (Las chicas Gilmore, La maravillosa señora Maisel), productores como Amy Pascal (Mujercitas, Spider-Man: Cruzando el multiverso), Gary Gilbert (La La Land, Los chicos están bien) y Lawrence Bender (Pulp Fiction, Malditos bastardos), ejecutivos como Gary Barber, que fue presidente y director ejecutivo de Metro Goldwyn Mayer, guionistas, músicos, letristas, creadores de videojuegos, fotógrafos, distribuidores, publicistas o representantes de artistas.
El comunicado afirma: “Rechazamos que nuestro judaísmo quede secuestrado con el propósito de establecer una equivalencia moral entre un régimen nazi que trató de exterminar a una raza de personas y una nación israelí que trata de evitar su propio exterminio”. Y continúa: “Cada muerte civil en Gaza es una tragedia. Israel no tiene a los civiles como objetivo. Su objetivo es Hamás. En el momento en el que Hamás libere a los rehenes y se rinda, terminará esta desgarradora guerra. Esto es cierto desde los ataques de Hamás del 7 de octubre. El uso de palabras como ocupación para describir a un pueblo judío indígena que defiende una patria que se remonta a miles de años y que ha sido reconocida como un Estado por las Naciones Unidas distorsiona la historia. Da crédito al libelo de sangre moderno que alimenta un odio antijudío creciente en el mundo entero, en Estados Unidos y en Hollywood. El actual clima de creciente antisemitismo no hace sino subrayar la necesidad del Estado judío de Israel, un lugar que siempre nos acogerá, como no lo hizo ningún otro Estado durante el Holocausto descrito en la película de Glazer”.
La carta enfrenta las palabras pronunciadas por Glazer durante la gala, que no levantaron precisamente una oleada de aprobación entre el público presente en el teatro Dolby. “Todas nuestras decisiones fueron tomadas para reflexionar y confrontarnos con el presente, no para decir ‘Mira lo que hicieron entonces’, sino ‘Mira lo que hacemos ahora’. Nuestra película muestra hacia donde nos lleva la deshumanización”, afirmaba Glazer en el escenario, junto a sus productores. “Ahora mismo, comparecemos aquí como hombres que se niegan a que su judaísmo y el Holocausto se vean secuestrados por una ocupación que ha llevado al conflicto a tantas personas inocentes, ya sean las víctimas del 7 de octubre en Israel o del ataque que se está llevando a cabo en Gaza”. Lo que no fue más que un discurso relativamente tibio y pronunciado con calma logró un correcto aplauso, más allá de los de algunos entusiastas como Mark Ruffalo (que, como Billie Eilish o Ava DuVernay, se puso en la solapa un broche para exigir un alto el fuego), se ha ido convirtiendo en una gran bola de nieve en estos días que ha ofendido a la comunidad judía, muy presente en los puestos de poder de la ciudad de las estrellas.
Según ha explicado en Variety una de las firmantes, Ilana Wernick, productora entre otras de Modern Family y Hasta que la muerte nos separe, “tristemente, se impuso el odio contra los judíos”. “Por eso tantos de nosotros en la industria nos pusimos en contacto unos con otros. Fue una noche muy triste, aterradora. Escribir la carta no solo fue catártico, sino algo que teníamos que hacer”. El director Jonathan Jakubowicz afirma también que “es importante hacer un llamamiento por la paz, y todos lo hacemos, pero en este conflicto la desinformación no hace más que prolongar la guerra. Y sus comentarios, desafortunadamente, dieron legitimidad a las redes de propaganda interesadas en prolongar la guerra para demonizar al pueblo judío”. En un artículo enThe Hollywood Reporter, otro de los grandes medios de entretenimiento de EE UU, el productor Richard Trank, ganador del Oscar en 1997 por el documental The Long Way Home, precisamente acerca de la creación del Estado de Israel, calificó el discurso de Glazer de “arrogante”: “Muchos judíos del mundo entero se sintieron indignados y asqueados por lo que dijo el ganador del Oscar. Y uniéndome a ese grupo, yo diría que si vamos a resistir o refutar algo, es a declaraciones como la emitida por Jonathan Glazer”.
El lunes posterior al discurso del director de La zona de interés (basada en una novela de Martin Amis, que llegó a ver acabada la película poco antes de fallecer), el ministro de Diáspora y Lucha contra el Antisemitismo israelí, Amijai Chikli, comentó en la red social X: “No tengo ni idea de cuál es el nombre del tonto útil de turno que eligió anoche clavar un cuchillo en la espalda de su gente”, junto a una foto de Glazer, a quien calificó como “judío autoantisemita” para quien “no hay perdón”. El exembajador de Naciones Unidas y diputado Danny Danon, integrante del mismo partido, el Likud, liderado por Benjamin Netanyahu, argumentó que es “una vergüenza que un director judío se aproveche del escenario que le dieron para hacer declaraciones antisemitas comparando el Holocausto con la guerra inevitable que nos fue forzada”. También varias organizaciones judías de Estados Unidos criticaron las palabras de Glazer: “Israel no secuestra el judaísmo o el Holocausto al defenderse de terroristas genocidas”, por lo que el discurso fue “incorrecto en los hechos y moralmente censurable”, afirmó la Liga Antidifamación.