El líder del VVD y actual jefe del Gobierno holandés pretende arrebatarle el puesto al frente de las encuestas al ultraderechista Geert Wilders
IMANE RACHIDI. EL MUNDO.- A poco más de mes y medio de los comicios generales en los Países Bajos, el ambiente electoral empieza a calentarse y algunos ya cambian hasta de discurso para atraer votantes. El primer ministro, Mark Rutte, ha publicado este lunes una carta a toda página en los periódicos holandeses optando por una línea más tajante de cara a las elecciones: «Aquí tenemos unas normas. Si esto no te gusta, vete del país».
El líder del VVD y del Gobierno holandés busca arrebatarle el puesto al frente de las encuestas al ultraderechista Geert Wilders. «A los que no les gusta un país, deben irse. Es una elección que todos tenemos cuando vivimos en un sitio cuyo estilo de vida nos desagrada tanto», ha afirmado.
En la misiva, acompañada por una entrevista al diario holandés AD, el primer ministro sitúa como prioridad los valores morales holandeses. «Las próximas elecciones son cruciales para el futuro de nuestro país. «La única pregunta que hay es: ¿en qué país queremos vivir?», y añade que no entiende cómo en «un país tan próspero, algunas personas se comportan tan mal».
En la entrevista, Rutte ha insistido en que su partido no está a favor de un «excesivo individualismo» como afirman algunos oponentes políticos. «Mi partido apoya la idea de compartir una olla de sopa con los vecinos si hay necesidad», ha afirmado. Pero, al mismo tiempo, exige respetar la libertad de los holandeses «a seguir viviendo en las normas que tanto les ha costado ganarse».
Recordando la polémica generada por un candidato musulmán a un puesto en la empresa de transporte público holandesa, que se negó a dar la mano a una mujer alegando que «se lo prohibía su religión», Rutte ha exigido «decencia común» y recuperación de «los patrones normales de comportamiento» en los Países Bajos. Pide poner coto a aquellos que no cumplen esos valores y pone de ejemplo una llamada de atención que él mismo dio a un padre que tiró basura en la acera. «Lo siento, me dijo ese señor, y recogió las cosas y las tiró en la papelera», ha recordado el primer ministro.
«Tenemos que rebelarnos contra la gente que no tiene lo suficientemente claros nuestros valores. Aquellos que violan las normas de tráfico, los banqueros que se quejan de sus bonificaciones. Y los recién llegados que abusan de la libertad para imponernos sus valores culturales. Eso irrita, y da la sensación de que Holanda está en sus manos», ha asegurado.