Enlace Judío México.- Unos 100 participantes en Barcelona se manifestaron contra la capitalidad de Jerusalén propuesta por Trump reclamando a su vez la expulsión de las embajadas de EE.UU. e Israel de la ciudad.
Más de una treintena de entidades activistas por los Derechos Humanos del pueblo palestino se unieron en Barcelona para reprobar la última promesa del presidente estadounidense a Israel respecto al traslado de la embajada de Estados Unidos, de Tel Aviv, a Jerusalén.
“El sionismo es un nacionalismo europeo que llevó el colonialismo a Palestina” explica Laurent Cohen, de la Associació Catalana de Jueus i Palestins Junts, una de las entidades adheridas a la concentración de plaza Sant Jaume.
Desde la organización Comunitat Palestina de Catalunya, responsables de la convocatoria, condenan la decisión de Trump y recuerdan los 69 años que Palestina vive ‘bajo ocupación militar con la complicidad internacional’.
En Barcelona, manifestantes con el ‘kufiyeh’ (pañuelo tradicional palestino) alzaron banderas palestinas en la plaza del ayuntamiento de la ciudad al grito de “Falestyn hurra hurra wa Israel ala barra” (Palestina libre e Israel fuera). De entre los manifestantes, los jóvenes de origen magrebí y árabe llevaban la voz cantante. “La participación de los jóvenes debería ser aún mayor”, explica Zouhair el Hairan, miembro del Euroàrab, ya que “muchos de estos jóvenes se identifican con la causa palestina, no se visibilizan y forman parte de la sociedad catalana”.
Los organizadores reclamaron a la sociedad catalana boicotear los productos israelíes, no invertir en el país e imponer sanciones contra el estado de Israel hasta que, según la organización y la plataforma BDS, se garanticen los derechos humanos a la población palestina y se derribe el muro que separa el territorio entre palestinos e israelíes.
Los redactores del manifiesto también han apuntado al gobierno municipal exigiendo la expulsión de los consulados de Israel y de Estados Unidos de Barcelona. Un hecho que, por ahora, no ha provocado ninguna respuesta por parte del gobierno local. La convocatoria de Barcelona se ha repetido también en Valencia y Madrid.
Por su parte, la Liga Internacional Contra el Racismo y el Antisemitismo (LICRA) ha denunciado los hechos acaecidos el pasado día 11 de diciembre en la manifestación programada a las 19h en la Plaza Sant Jaume de Barcelona con el contenido anunciado “Jerusalén capital de Palestina, detengamos la ocupación de Palestina“, convocada por Coalición Basta Complicidad con Israel, plataforma BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones contra Israel) y Comunidad Palestina Cataluña.
Durante la manifestación, un número significativo de manifestantes incitaron al odio gritando consignas en árabe que incluyeron: “fuera judíos“; “Con alma y con sangre sacrificaremos nuestra vida por el Aqsa” “Alá es el más grande“, “el mártir es el estimado (o el preferido) de Alá“, y “Khaybar Khaybar ya yahud “, grito bélico de victoria tras el ataque de Mahoma y sus fieles a la tribu judía de Khaybar (628) y de ataques posteriores contra otras tribus judías.
LICRA dispone de documentos gráficos de la manifestación y videos donde se puede oír las consignas, grabados por uno de sus miembros, que se dirigió a los Mossos que vigilaban, durante ese turno, el acceso principal al Palau de la Generalitat, notificándoles el carácter judeófobo del canto que los manifestantes entonaban, a lo que contestaron que “no podemos actuar porque no sabemos árabe“.
La historia reciente de las amenazas terroristas y los ataques objetivos en que aquellas se han traducido, con episodios en Suecia, Amsterdam, Nueva York y Jerusalén sólo entre los días 8 y 11 de diciembre de 2017, día de los hechos que ahora se denuncian, demuestra que Israel y la comunidad judía funcionan como escudo mediático para quien incita al odio de forma selectiva pero actúa de forma indiscriminada contra el conjunto de los ciudadanos.
Esta estrategia de la “metonimia judía” permite seguir fabricando, de forma efectiva, un consenso exculpatorio del terrorista, representado como mártir en el seno del Islam ideológico o como víctima de una política de integración supuestamente deficitaria. El sesgo es evidente para los judíos, y da acceso a debilitar estructuralmente los sistemas democráticos occidentales haciendo víctimas indiscriminadas entre sus ciudadanos, a los que las doctrinas de radicalización identifican como infieles.
En consecuencia, el cultivo del antisemitismo y del sentimiento antioccidental, y muy concretamente antisionista, no debe distorsionar el hecho de que toda la ciudadanía, y no sólo la ciudadanía judía, se convierte en objetivo de exterminio.