Aunque los ‘ertzainas’ lograron identificar a los agresores tras presentarse en el lugar, «el joven al que habían pegado no quiso poner denuncia contra ellos», por lo que optaron por dejarles marchar
PABLO GABILONDO. EL CONFIDENCIAL.- Entre 2.000 y 2.500 aficionados del Spartak de Moscú llegarán en los próximos días al País Vasco de cara al encuentro que disputará su equipo contra el Athletic de Bilbao este jueves. De todos modos, el evento excede a lo deportivo, y es que según explican a este diario fuentes de la Ertzaintza, en torno a 800 de estos hinchas forman parte de grupos violentos. De hecho, los agentes ya tuvieron que enfrentarse al primer altercado la tarde de este lunes, cuando cinco ‘hooligans’ del Spartak dieron una paliza a un joven en la parte vieja de Vitoria, un incidente que estuvo a punto de provocar una batalla campal entre los ultras rusos y los del Deportivo Alavés.
Según explican a El Confidencial estas mismas fuentes, el suceso se produjo en torno a las siete de la tarde en el número 70 de la calle Cuchillería, en un local en el que se venden camisetas del Alavés. «Recibimos una llamada avisándonos de que había una pelea en la tienda. Aunque algún testigo aseguraba que los rusos habían sacado cuchillos y martillos, cuando nos presentamos allí no vimos nada», explican desde la Ertzaintza. De todos modos, lo que sí se encontraron a su llegada fue al dependiente del comercio con la cara ensangrentada, una agresión que llevaba la firma de cinco ultras del Spartak de Moscú.
«Todo empezó porque los rusos pusieron pegatinas del Spartak en el escaparate de la tienda, que vende material del Deportivo Alavés. Además, empezaron a increpar a varios de los clientes que había dentro, y cuando el dependiente les llamó la atención, le dieron una paliza«, explican fuentes policiales. Más allá de la pelea en la tienda, varios testigos aseguran a este diario que los ultras provocaron altercados en otros locales de la calle, y es que en ningún momento se preocuparon por pasar desapercibidos. «De repente vi cómo un grupo de hombres tiraba todas las mesas de la terraza. Más tarde me dijeron que eran radicales rusos que venían por un partido», explica en este sentido Maite, la camarera de un bar que se encuentra junto a la tienda.
Aunque los ‘ertzainas’ lograron identificar a los agresores tras presentarse en la tienda, «el joven al que habían pegado no quiso poner denuncia«, por lo que optaron por dejarles marchar. De todos modos, el incidente no quedó ahí, ya que a las pocas horas los agentes tuvieron que enfrentarse a un nuevo altercado en la parte vieja. «El dependiente de la tienda es cercano a uno de los sectores más duros de Iraultza, que son los ultras del Alavés. Entonces creemos que lo que hizo fue llamar a sus amigos después de que le pegaran, porque a las pocas horas vimos cómo decenas de ultras del Alavés empezaban a concentrarse en un bar de la parte vieja».
Consecuentemente, en torno a una hora después de la primera intervención, los ‘ertzainas’ tuvieron que reorganizarse tras advertir que «entre 40 y 50 ‘hooligans’ del Alavés» se estaba preparando para ir «a la caza de los rusos«. Dada la cantidad de personas que se estaba dando cita con este objetivo, los agentes optaron por seguir sus pasos de cerca para ver qué hacían, lo que les permitió llegar a tiempo cuando los ultras vascos se presentaron en el hostal en el que se hospedaban los cinco rusos. «Los primeros en llegar fueron los de la Policía Local. Después aparecieron varios compañeros de paisano y ya finalmente varios de uniforme, que se encargaron de identificar a algunos de los presentes», señalan fuentes de la Ertzaintza.
Los policías lograron entonces disolver el grupo sin que llegaran a las manos, pero la mañana de este martes siguen patrullando la zona para evitar nuevos altercados. «Se espera que la mayoría de los ultras rusos no llegue al País Vasco hasta el último día y creemos que casi todos se hospedarán en Bilbao, pero son tantos que no descartamos nada«, explican. De hecho, estas mismas fuentes reconocen a El Confidencial que la posibilidad de que los radicales del Spartak de Moscú y del Alavés se den cita a las afueras de la ciudad para una pelea es «la que más les preocupa, pues suelen hacer este tipo de quedadas a través de redes que resulta muy difícil controlar«.
A falta de 48 horas para que se dispute el partido entre el Spartak de Moscú y el Athletic de Bilbao, la policía autonómica vigila las calles para evitar que los ‘hooligans’ siembren el caos en el País Vasco.