La afrenta yihadista une ante la Gran Mezquita de París a los fieles de Alá junto a cristianos y judíos
JUAN PEDRO QUIÑONERO. ABC.- Movilización excepcional de los musulmanes franceses contra los crímenes y amenazas de los yihadistas del Estado Islámico (EI). Por vez primera en la historia, los representantes de todas las organizaciones musulmanas francesas se pusieron ayer al frente de una manifestación junto a la Gran Mezquita de París para gritar «¡No a la barbarie terrorista!» y «¡Estamos contra el terrorismo y sus crímenes!».
Tras la conmoción nacional provocada por la decapitación de un montañero francés en Argelia, la manifestación estuvo convocada por el presidente del Consejo francés del Culto Musulmán (CFCM), Dalil Boubakeur, rector de la Gran Mezquita, que abrió una larga serie de intervenciones denuncia afirmando: «Ante el horror bárbaro y sanguinario de los terroristas debemos unirnos solidariamente con todos nuestros compatriotas».
Salto cualitativo
Mohammed Moussaoui, presidente de la Unión de las mezquitas de Francia (UMF), tomó la palabra para denunciar con energía «a esas bandas de terroristas que son los principales enemigos de la libertad común». Un portavoz de la Unión de las Organizaciones Islámicas de Francia insistió: «Los musulmanes franceses y del mundo entero no desean quedar asociados ni de cerca ni de lejos a los crímenes terroristas».
Hassen Chalghoumi, el imán de Drancy, declaró: «Todos los musulmanes debemos sumarnos a esta marcha, solidarios con toda la nación, con todos los ciudadanos que denuncian la barbarie terrorista». Las autoridades religiosas musulmanas francesas ya habían condenado el terrorismo. Pero la nueva guerra de Irak, la sombría aparición del EI y la decapitación de Hervé Gourdel han precipitado un decidido salto adelante en la repulsa del extremismo yihadista por parte de los musulmanes franceses, convencidos de la necesidad urgente de salir al paso de los crímenes y amenazas del terrorismo islámico.
Solidaridad
La semana pasada, por vez primera, todas las organizaciones musulmanas de Francia hicieron pública su solidaridad con los cristianos de Oriente. Esa solidaridad, activa, culminó ayer en un proceso de aproximación de las autoridades religiosas católicas, judías y musulmanas, que lleva varios años creciendo en muchos ámbitos sensibles, desde el velo islámico a la denuncia de la barbarie terrorista.
La manifestación de los musulmanes ante la Gran Mezquita recibió también el apoyo generalizado de la clase política y de la jerarquía religiosa católica y judía.
Al frente, el rector de la institución estuvo acompañado de monseñor Michel Dubost, obispo de la diócesis de Evry, que representaba a la jerarquía católica. A su lado, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, en representación de la ciudad y del Gobierno, y Valéry Pécresse, en representación de la Unión por un Movimiento Popular (UMP, el partido de Nicolas Sarkozy).
Ha sido tradición, desde hace años, que el presidente de la República recibiese conjuntamente a los representantes de la jerarquía religiosa católica, judía y musulmana. Pero sí es una gran novedad que un obispo participe en una manifestación musulmana.
Se trata de un proceso social, político y cultural de nuevo cuño, apoyado por un número muy significativo de personajes públicos y musulmanes, que han decidido manifestarse para favorecer el entendimiento. Fadela Amara, ex secretaria de Estado de Sarkozy, nacida en una familia musulmana, declaró: «No quiero que Francia confunda la barbarie terrorista con el islam». Samia Ghali, senadora socialista, dijo: «Conseguir el retroceso del fanatismo es una tarea de todos».