El Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial o Étnica, dependiente de Igualdad, ha denunciado los casos de discriminación ligados a la crisis de la COVID-19, especialmente contra población gitana
GABRIELA SÁNCHEZ. ELDIARIO.ES.- Cuando el coronavirus aún no se había propagado en España, las personas de origen asiático alzaron la voz ante el auge de comentarios racistas relacionados con la COVID-19. «No soy un virus», clamaban a través de redes sociales. Más de un mes después, con el país convertido en foco mundial de la enfermedad, numerosos mensajes xenófobos apuntan a un nuevo supuesto «culpable» del aumento de contagiados en distintas comunidades autónomas: la población gitana.
El Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial o Étnica, dependiente del Ministerio de Igualdad, ha manifestado recientemente su «preocupación» ante los «casos de discriminación, rechazo y odio» producidos contra determinados grupos étnicos o raciales en el marco de la emergencia ligada del coronavirus. La mayoría de los hechos denunciados, que han derivado en una recomendación del organismo, afectan a la comunidad gitana, según han confirmado a eldiario.es fuentes del departamento dirigido por Irene Montero.
A través del Servicio de Asistencia y Orientación a Víctimas de Discriminación Racial o Étnica, el Consejo ha documentado y atendido «numerosos episodios de discriminación, tanto colectivos como individuales, relacionados con la propagación del COVID-19». Entre ellos, las mismas fuentes destacan 11 audios de Whatsapp basados en «bulos falsos y calumniosos» sobre personas gitanas, 18 casos de «mala praxis» de mención de la etnia en noticias relacionadas con la propagación del virus y medio centenar de mensajes que vinculan a la población gitana con la propagación del virus o el incumplimiento de la cuarentena. Las cifras, matizan fuentes del organismo, apuntan a una nueva tendencia y corresponderían solo a una muestra debido al alto índice de infradenuncia que suele primar en los casos de discriminación racial.
«La Agencia Europea de Derechos Fundamentales (FRA) estima un nivel de denuncia de estos episodios del 10%. En este contexto de confinamiento el grado de infradenuncia puede ser muy superior», advierten desde el Consejo.
El Servicio de Asistencia y Orientación a Víctimas de Discriminación Racial ha identificado en redes sociales tres focos principales de «discurso de odio antigitano» que han motivado diversas denuncias ante la Fiscalía. El Consejo se refiere a las declaraciones, mensajes y audios xenófobos expandidos en Santoña (Cantabria), Talavera de la Reina (Toledo), Línea de la Concepción (Cádiz) y Beas de Segura (Jaén).
Los audios de Santoña: «Por culpa de los gitanos»
En el municipio cántabro, los mensajes de Whatsapp contra sus vecinos gitanos empezaron tras unas declaraciones del alcalde de la localidad, Sergio Abascal (PSOE). El regidor explicó en una entrevista que, de los seis fallecidos registrados en aquel momento en Santoña, cinco «serían del colectivo gitano».
«Es muy probable que ese contagio que se ha ido propagando en Santoña en el colectivo gitano haya podido traer causa de algún evento, celebración o funeral que se produjo fuera de nuestra provincia en fechas anteriores a declararse el estado de alarma», afirmó Abascal. «Tenemos que ser vigilantes porque el colectivo gitano está sufriendo especialmente esos contagios. Es un número significativo, en mucha mayor medida que el resto de la población, y hay que estar especialmente vigilantes”, añadió. Sus palabras fueron denunciadas por la Asociación de Gitanos de Santoña y la Guardia Civil dio traslado de los hechos al juzgado a finales de marzo por un posible delito de odio.
El Consejo incluye estas declaraciones entre las «manifestaciones discriminatorias» de representantes públicos durante la crisis del coronavirus que “contribuyen al estigma y al rechazo hacia determinados grupos”. Según detalla la Fundación Secretariado Gitano, una de las organizaciones implicadas en la recolección de casos, las declaraciones del regidor municipal encendieron la chispa para la multiplicación de comentarios racistas y bulos en la zona. La ONG ha denunciado ante la Fiscalía de Cantabria la «extendida difusión» de seis audios de Whatsapp que vinculan a los gitanos con la expansión del virus en la localidad.
«Que cojan y los lleven al penal, me cago en dios, y que los tengan allí, dentro de las murallas, que canten y bailen allí encerrados como en un campo de concentración hasta que se mueran todos», apunta uno de los audios. «Están infectando a todo el mundo […] A ver si se mueren todos los hijos de la gran puta, pequeños, niños, abuelos y su puta madre», continúa el mensaje, según la denuncia a la que ha accedido eldiario.es.
«Lo de los gitanos es cierto, se fueron a una boda gitana a Bilbao cuando ya no se podía ir, y se han contagiado más de la mitad», indica otro de los audios denunciados. «Y siguen haciendo los cultos. Están todos contagiados, se les ha prohibido entrar a los supermercados, según les ven, les detienen. Estábamos limpios, en Santoña no había nadie, estábamos totalmente limpios, y ahora han traído toda la mierda […] por culpa de los gitanos», continúa la denuncia registrada en Fiscalía, que incluye un tuit que amenaza a la población gitana relacionándola con las declaraciones del alcalde de Santoña.
Otro de los «focos» del discurso de odio de los que advierte el Consejo contra la Discriminación se ubica en Talavera de la Reina (Toledo). La misma organización ha denunciado ante la Fiscalía de Castilla-La Mancha numerosos tuits que atacan a toda la comunidad gitana por supuestos incumplimientos de la cuarentena cometidos por un grupo concreto de personas. «El coronavirus son los gitanos», «con un poco de suerte se infectan y se extinguen», «El Führer tenía claro cómo
tratar con esta basura…», «Latigazos: esta clase de etnia les falta que se ponganseveros todo el mundo», con algunas de las frases incluidas en los mensajes denunciados.
Destacar la etnia de los infectados o incumplidores
Organizaciones en defensa de los derechos de las personas gitanas, aglutinadas en la Plataforma Khetane del Movimiento Asociativo Gitano del Estado Español, empezaron hace más de un mes a advertir del riesgo ligado a que los medios de comunicación destaquen la etnia de los infectados por COVID-19. A principios de marzo, un pico de contagios en Haro (La Rioja) derivó en numerosas informaciones donde resaltaban el hecho de que varios de los enfermos eran gitanos. El director de Khetane, Iñaki Vázquez, ve en la cobertura mediática de estas infecciones un punto clave para comprender el posterior auge de comentarios racistas contra la comunidad. «Se les ha señalado las causantes del contagio. En vez de generar solidaridad, generaba rechazo», critica.
El Consejo por la Eliminación de la Discriminación Racial o Étnica ha dneunciado también «el tratamiento mediático racista, antigitano y xenófobo por parte de algunos medios de comunicación» con noticias sobre «el origen de la propagación de la enfermedad o supuestos incumplimientos de la cuarentena que aluden al origen étnico, racial o nacional de las personas implicadas».
Tras el incremento de infecciones de la localidad de Haro, los bulos o mensajes antigitanos comenzaron a multiplicarse en Euskadi, La Rioja y Navarra, según la información proporcionada por fuentes ligadas al proceso de recolección de datos. En el País Vasco, por ejemplo, días antes de la declaración del estado de alarma, un audio difundido alrededor del 10 de marzo a través de Whatsapp alertaba de que había «un goteo de gitanos» en las urgencias del Hospital Universitario de Álava. «Se han dedicado a escupir en las salas de espera para que todo el mundo se contagie», aseguraba el audio, cuya información fue desmentida por el centro sanitario. En Bizkaia, una familia denunció insultos racistas por parte de sus vecinos: «Gitano de mierda nos estás pegando el coronavirus».
«Se acusó a todos de algo que habían hecho 20»
Otro de los episodios que ha causado preocupación al organismo dependiente del Ministerio de Igualdad apunta a las declaraciones del Comisionado para el Polígono Sur (Sevilla), Jaime Bretón, quien pidió la entrada del Ejército en las Tres Mil Viviendas, un barrio donde reside un gran número de ciudadanos gitanos. «No podemos permitir que una minoría haga lo que le dé la gana», aseguró el responsable político según recoge la agencia Efe. Su afirmación se produjo tras la publicación de unas imágenes en las que aparecían una veintena de personas celebrando un rito en las calles de barrio, a pesar del estado de alarma.
«Es un comportamiento que reprobamos, pero se hizo una generalización de toda la población gitana residente en el barrio, cuando la inmensa mayoría de los vecinos de las Tres Mil Viviendas estaban respetando en el confinamiento. En el vídeo aparecen unas 20 personas, cuando allí viven miles de ciudadanos gitanos», denuncia Vázquez.
María del Carmen Cortés, técnica del Servicio de Asistencia y Orientación a Víctimas de Discriminación ha sido una de las personas encargadas de recopilar los casos de racismo enviados al Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial o Étnica. «En este último mes y medio de expansión de la COVID-19, ha tenido mucha incidencia la mención a la etnia en algunos de los incidentes ocurridos en relación al brote», analiza la coordinadora técnica por parte de la Fundación Secretariado Gitano.
«Cuando son las personas gitanas las afectadas, se suma el miedo que todos tenemos al virus a la imagen negativa histórica que pesa sobre los gitanos, lo que está cristalizando en audios y declaraciones que transmiten que estamos propagándolo, cuando evidententemente no es así», sostiene Cortés.
Desde la Khetane realizan un paralelismo con los ataques racistas surgidos contra la población de rasgos asiáticos durante el inicio de la pandemia. «El racismo antiasiático es una realidad tan flagrante como invisibilizada en nuestro país, lo único que consiguió el relato sobre el coronavirus es exacerbarlo y sacar a la luz su extraordinario poder social», recuerdan desde la Plataforma. El auge de discriminación antigitana, añade Vázquez, también «evidencia ese fondo racista existente que sale a flote en las crisis, con situaciones muy preocupantes».